l 13-F nos ha deparado una tautología, a saber, lo que no es Madrid, no es Madrid. Ha hecho falta forzar un anticipo electoral con bastante poco fundamento para concluir lo evidente. En el laboratorio de Génova, el intento de impulsar la figura de Casado con un triunfo electoral que prometía ser un paseo triunfal y que sirviera de anticipo al asalto a la Moncloa se ha quedado en un nuevo golpe al liderazgo del presidente popular. Casado está ahora aún más condicionado por Vox de puertas hacia fuera y debilitado frente a Ayuso de puertas hacia dentro. El PP intenta en estas primeras horas evitar la foto del gobierno de coalición con Vox que le exigen los de Abascal. Veremos cómo transcurre el tira y afloja -muy pendiente anda también Moreno Bonilla, con el anticipo electoral andaluz en agenda-. De salida, ese coqueteo puede resultar un elemento movilizador para la izquierda. El lado progresista del arco político tampoco sale de este seudoensayo de generales para tirar cohetes. El retroceso de Unidas Podemos a la mínima expresión no da alas a la figura de Yolanda Díaz, que viene de rubricar la reforma laboral y la subida a 1.000 euros del SMI sin lograr demasiado rédito. El PSOE también cae, sin que el efecto Moncloa le frene. Ahora sí, la política española está pendiente de cómo se resuelva la formación de gobierno en Castilla y León. Continuará.
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