l ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Así nos lo está demostrando la pandemia, ya que parece que tanto gobernantes como ciudadanos no aprendemos con cada ola de contagios. Y ya van seis. La sanidad vuelve a estar saturada, quienes han tenido contactos con positivos o sospechan que pueden haber contraido el virus dan prueba de ello. Cuando hace dos meses al llamar a Osakidetza por un contacto estrecho te hacían la PCR el mismo día y obligaban a guardar cuarentena hasta que se conocieran los resultados, ahora, si es que responden al teléfono, solo se hacen pruebas si los síntomas son evidentes y la cita se da para dentro de varios días. Y es que en estos momentos muchos de los positivos los están detectando los propios ciudadanos en su casa con test de antígenos comprados en la farmacia. Mientras, el virus campa a sus anchas y los dirigentes toman medidas tan poco fundadas como obligar a usar la mascarilla en la calle o suspender la competición deportiva escolar. Los niños, en resumen, están pagando las consecuencias de no contratar más personal sanitario y de no invertir en nuevas infraestructuras. ¿Cuántas olas más harán falta para darse cuenta de la importancia de proteger la sanidad?