La Lotería de Navidad es uno de los eventos más esperados en las últimas semanas del año. Hablamos de una tradición que data de más de dos siglos y que reúne a familias y amigos en torno a la esperanza de recibir la visita de la suerte.
En Euskadi, este evento se vive con un entusiasmo especial, y aunque las provincias vecinas como Bizkaia y Gipuzkoa han tenido más suerte en el reparto de premios, Álava no ha quedado atrás en estos momentos de gloria.
Una tradición muy viva
A pesar de que no ha habido tantas ocasiones en que ‘El Gordo’ cayera en Álava en comparación con otras provincias, la pasión por la Lotería de Navidad sigue siendo fuerte en esta región, repartiendo fortuna a los agraciados.
Cada mes de diciembre, las administraciones de lotería de Vitoria y otros municipios alaveses son el punto de encuentro para cientos de personas que buscan hacerse con un décimo ganador.
No es raro ver largas colas en las puertas de las administraciones, sobre todo en las más conocidas de la capital, como si el simple acto de comprar un boleto en un lugar con "historia de suerte" garantizara la probabilidad de ganar.
En el fondo, la Lotería de Navidad en Euskadi va más allá del deseo de ganar un premio millonario. Al igual que en cualquier otro evento social, este sorteo no solo trae consigo la esperanza de la riqueza: también la alegría de compartir un sueño común.
La fortuna sonríe a Álava
Vitoria ha tenido el honor de recibir el premio más codiciado de todos, ‘El Gordo’, en dos ocasiones significativas. La primera vez que la suerte sonrió a la capital alavesa fue en el año 1930, un hecho que dejó una marca en la historia de la ciudad.
Décadas después, en 2006, el citado premio volvió a hacer su aparición en Gasteiz, repartiendo alegría y fortuna entre sus habitantes. Estos momentos todavía se recuerdan en la memoria de la ciudad, y son recordados como días de celebración.
Por otra parte, Oyón también tuvo su momento de gloria en el año 1998, cuando un número agraciado con ‘El Gordo’ llenó de felicidad a sus habitantes.
Aunque no ha sido frecuente que la provincia de Álava reciba los premios mayores del sorteo navideño, estos casos excepcionales demuestran que la suerte puede tocar en cualquier lugar, y que la ilusión nunca se pierde.
El impacto del sorteo en la comunidad
Los días previos al sorteo, el 22 de diciembre, se viven con expectación en Álava. Las emisoras de radio y los medios locales siempre rememoran las historias de los ganadores pasados, reavivando la ilusión de que ‘El Gordo’ podría volver a caer en la provincia.
Y a pesar de que la mayoría de los jugadores no consiguen más que reintegros o pequeños premios, el verdadero valor de la Lotería de Navidad se basa en la ilusión compartida y la emoción del sorteo.
La magia del Gordo de Navidad
El Gordo de Navidad es la lotería más famosa y esperada en todo el Estado, con un sorteo que se realiza cada 22 de diciembre. Este evento tiene más de 200 años de historia y se ha convertido en una tradición navideña para millones de personas.
Para la edición de 2024, se espera una participación masiva, con boletos disponibles en lugares físicos, así como a través de plataformas online, permitiendo a residentes y extranjeros participar en este sorteo.
Formato del sorteo
La característica más destacada de 'El Gordo' es su formato único: a diferencia de otras loterías, los premios se distribuyen de manera que una gran cantidad de números puedan resultar ganadores, lo cual incrementa las probabilidades de ganar.
Los billetes se dividen en "décimos", permitiendo que cada uno participe por una décima parte del premio principal. Esto significa que varias personas pueden ganar con el mismo número y compartir el premio.
Los premios
El primer premio, conocido como "El Gordo", suele ascender a 4 millones de euros por billete, lo que equivale a 400.000 euros por décimo. Aparte de este premio mayor, hay una amplia gama de premios secundarios, lo que le da más emoción y permite que muchas personas ganen algo, incluso si no obtienen el primer premio.
Impacto social
El sorteo es un evento de gran relevancia social y cultural, transmitido en directo por televisión, con niños de la escuela de San Ildefonso cantando los números ganadores. Además, los premios están exentos de impuestos hasta un cierto límite, lo cual es atractivo para los jugadores.