AUnque los pronósticos apuntaban a una pugna igualada, la realidad se abrió camino y determinó una holgada victoria de Donald Trump sobre Kamala Harris en las presidenciales estadounidenses del martes. Mientras la bancada progresista se echaba las manos a la cabeza, las huestes ultramontanas estallaron de júbilo.

#HoraDeLaLibertad

Abascal hace la ola

Como no podía ser de otro modo, uno de los más madrugadores en mostrar su algarabía fue el caudillo de Vox. Con su egolatría habitual, publicó sendas fotografías junto a Donald Trump y el futuro vicepresidente, J.D. Vance tomadas en alguna de sus peregrinaciones a los lugares santos de la carcundia.

En el texto que acompañaba las instantáneas, Santiago Abascal anotaba: “Hoy tenemos que celebrar también la importancia del voto hispano en esta victoria del mundo libre. Es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad”. Qué miedo.

#FelicitaciónForzada

Sánchez en 2024... y en 2016

En un tono muy diferente, la cuenta oficial del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, felicitaba de modo cortés al ganador de los comicios del martes y se comprometía a seguir trabajando para fortalecer las relaciones estratégicas entre Estados Unidos y el Estado español.

Qué diferencia con su mensaje de 2016, cuando todavía no dormía en Moncloa y pudo darse el gustazo de escribir: “La victoria de Trump representa la victoria de la antipolítica”. Miles de usuarios de las redes rescataron la pieza de las tuitotecas.

#Bendiciones

Milei, requetefeliz

Otro de los populistas del orbe que no cabe en sí de gozo por la vuelta del corrupto del pelo naranja a la Casa Blanca es el desmedido presidente de Argentina, Javier Milei.

Con la inevitable ilustración de una fotografía en la que comparte sonrisas con Trump, el ultra austral le deseaba a su compadre “éxitos” y le enviaba “bendiciones”

Además, le conminaba a “seguir haciendo grande América otra vez” y le aseguraba que podía “contar con Argentina para llevar a cabo la tarea”.

#PredicciónFinal

Pronósticos que eran deseos

Hasta el minuto antes de que empezaran a llegar los datos que tiñeron de colorado el mapa, los más avezados entendidos en los intríngulis de la política en la primera potencia del mundo insistían en la igualdad de la lucha entre los dos candidatos.

Alguno, como Emilio Domènech, fue un poco más allá y se tiró a la piscina. “Creo que Kamala Harris ganará estas elecciones”, porfió y lo argumentó a lo largo de 25 tuits que sostenían que las encuestas medían a la baja a la aspirante del Partido Demócrata. Premio Nostradamus. Y no fue el único.