Y ahora, Mojácar

– Todavía con muchos episodios de la trama de compraventa de votos de Melilla por delante, ha estallado otro pufo parecido –aunque no relacionado, según nos dicen– en la localidad almeriense de Mojácar. De momento, hay seis detenidos, entre ellos, dos candidatos en las listas locales del PSOE que, lógicamente, ya han sido apartados. Pero la mancha ahí queda. Y también la sospecha de que no estemos hablando de casos aislados.

También el PP

– Mientras, la novedad en la trapisonda de Melilla, aparte del cese del consejero de la ciudad autónoma detenido anteayer, es que, según la Cadena Ser, al menos dos investigados compraban votos para el PP. El que esté libre de pecado...

Díaz, contra PNV y Bildu

– La que, hasta el momento, no ha soltado prenda es la líder de la plataforma Sumar, con vínculos con Coalición por Melilla, la formación que parece estar en el centro del trapicheo de votos por correo. Yolanda Díaz, que, en su campaña salomónica, ayer se dejó ver en un mitin de Elkarrekin Podemos, pasó palabra y prefirió cargar contra PNV y EH Bildu por no haber apoyado su tuneado de la reforma laboral de Rajoy y, en el caso de los jeltzales, además, por no respaldar la ley de vivienda. Del buen puñado de leyes de su gobierno que las dos formaciones abertzales han ayudado a sacar no dijo nada. Cuando hay urnas a la vista, falla la memoria... y el sentido de la gratitud.

Esparza y los impuestos

– Cuesta abajo en la rodada hacia la más que probable victoria inútil, el candidato de UPN a la presidencia del Gobierno de Navarra, Javier Esparza, se ha agarrado al clavo ardiendo de los impuestos. A diferencia de lo que sostienen sus exsocios cavernarios, él porfía que la comunidad foral no es un paraíso sino un infierno fiscal. “Ningún navarro pagará más que en España”, prometió... en vano.

Ayuso, Vinicius y el PNV

– Y como ya saben a estas alturas, la bocachanclada de la jornada volvió a correr a cargo de la emperatriz de Sol. Isabel Díaz Ayuso se colgó de la percha del caso Vinicius para asegurar que “España no es racista, pero claro que en la política hay conductas racistas. El PNV ahí lo lleva”. En los primeros botes, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, prefirió no hacer demasiada sangre. Se limitó a pedirle a la lideresa que “mire en su casa y deje la de los demás en paz” y a afearle que esté empleando lo vasco para cazar votos en Madrid. “Ha cogido como doble eje de campaña zumbar a Bildu y zumbarnos a nosotros”, concluyó Ortuzar. Parece que le funciona.