Rectificar, según dicen, es de sabios. No tengo tan claro que lo sea si la enmienda llega tarde y a regañadientes, que es lo que parece que va a ocurrir con la llamada ley del solo sí es sí. Lo expreso así porque, después que el Gobierno español anunciara en una nota oficial que iba a “perfeccionar” -expresión literal- la dichosa norma, Podemos tardó un segundo en porfiar que eso estaba por ver. Agarrados como lapas al sostenella y no enmendalla, los morados insisten, persisten y resisten en la letanía de que la ley es requetebuena y quien sostenga lo contrario es machista y facha.
Lo insultante de tal afirmación es que se hace, no ya contra lo que por fin enuncia (aunque sea casi con un hilo de voz) la parte socialista del Ejecutivo, sino frente a la evidencia clamorosa. Desde su entrada en vigor, se han producido casi trescientas rebajas de condena a otros tantos agresores sexuales, incluyendo un buen número de pederastas. Se han dado casos tan sangrantes como la puesta en libertad el pasado lunes de un malnacido llamado Daniel Padial que, a sus 37 años, acumula 17 violaciones. Pregunten a sus víctimas o a las del resto de los depredadores beneficiados por el agujero de la ley si les parece que jamás ha habido una norma que proteja más a las mujeres. Es dolorosamente obvio que no está siendo así. Y, ojo, que no fue porque las instancias oportunas no lo advirtieran en tiempo y forma. Como también se supo ayer, el ministerio de Igualdad ocultó al Consejo de Estado y al Congreso las contundentes alegaciones en contra de, entre otros, el ministerio de Justicia del mismo gobierno. Pero siguen sin dar el brazo a torcer.