Atribulado y acongojado candidato a la reelección como presidente de Castilla y León: Me lo imagino apretando los dientes y las nalgas hasta que se terminen de contar los votos esta noche. Que sí, que puede que la cosa quede en susto al final, pero el canguelo de los últimos diez días no se lo quita nadie. Con lo bien que parecían pintar las cosas cuando se marcó un Ayuso y llamó a las urnas con año y pico de anticipo. En sus ensoñaciones, que eran las de su señorito Pablo Casado, había una mayoría por goleada que abriría el camino para la reconquista de Moncloa. Bastarían para lograrlo unas fotos con vaquitas y ovejitas. Ni usted ni los estrategas genoveses sospechaban que llegarían al día de la verdad con tal mal cuerpo. Rece.
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