Carles Puigdemont vuelve a inspirar a los amanuenses diestros, que celebran con la socorrida palabra varapalo la decisión del Tribunal General de la Unión Europea de retirar la inmunidad al president expatriado. De esta, seguro que lo llevan engrilletado al presidio, fantasean. ¡Tres hurras por Llarena! Hip, hip…
“Segundo varapalo [ya les decía yo] de la Justicia Europea a Carles Puigdemont”, ulula a todo pulmón La Razón en primera. Dentro, un editorial con el encabezado “Puigdemont, hacia el final de la larga fuga”, que se resume en este brioso canto para la recuperación de la autoestima patria: “No es sólo un paso más en la restitución de la legalidad ultrajada por los separatistas catalanes, sino el reconocimiento de la legitimidad de la democracia española y de sus tribunales de Justicia”.
"Sánchez indultará a Puigdemont si necesita sus votos para ser presidente del Gobierno"
Como complemento descacharrante, el director del diario azulón, Francisco Marhuenda, se salta varios capítulos y ya se imagina a Sánchez indultando al todavía avecindado en Waterloo: “Estoy convencido de que todos los españoles saben perfectamente que Sánchez indultará a Puigdemont si necesita sus votos para ser presidente del Gobierno. Los independentistas son los socios preferentes de Sánchez. En mayor medida Junqueras y ERC, pero llegado el momento hará cualquier concesión para conseguir el voto de Puigdemont. Es el gobierno que nos espera si el centro derecha no consigue la mayoría absoluta. Una Moncloa al servicio de independentistas, filoetarras, comunistas y antisistema”.
ABC tira cohetes celebratorios. “La Justicia europea también frena al independentismo”, proclama en primera, como anticipo al editorial en el que glosa los motivos de felicidad: “La decisión no sólo supone un solvente espaldarazo al Tribunal Supremo de España, y en particular al magistrado Pablo Llarena, instructor del proceso separatista catalán de 2017, sino que también añade un dato sustancial a la lógica jurídica que Puigdemont se ha empeñado en ensuciar desde el mismo día en que se fugó: la inmunidad pretendida por los huidos no es un salvoconducto irreversible ni goza de más potencia jurídica que una investigación penal en un país miembro”. El título de la pieza, por cierto, provoca una imagen perturbadora: “La UE desnuda a Puigdemont”. Corramos un tupido velo.
En Libertad Digital, Pablo Planas baila un zapateado. Se alegra el hombre, sobre todo, de la desgracia ajena: “Las fuerzas vivas del independentismo que acompañaban a Puigdemont tras la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) están desoladas. Acostumbrados a sus propias mentiras y manipulaciones, la contundencia de la resolución judicial europea ha dejado a los dirigentes del separatismo entre anonadados y estupefactos. Se debe tener en cuenta que horas y minutos antes de darse a conocer la sentencia, medios y prebostes independentistas especulaban sobre un regreso triunfal de Puigdemont en plena campaña electoral amparado por una unanimidad mágica que cubría incluso los delitos cometidos en España antes de ser eurodiputado”.
"No es descartable que el fugado del maletero pudiese acabar en los próximos días como un sándwich vegetal haciendo de tofu en medio de dos números de la Benemérita ejerciendo de rebanadas verdes"
Por nada se perdería esta fiesta el columnero de Vozpópuli Miquel Giménez, que tiene a Puigdemont plantado en su cabeza como aquel amante de la canción de Luz Casal. Está tan pilongo el escribidor, que imagina una tórrida escena benemérito-gastronómica. ¿Que qué es eso? Pues algo así: “No es descartable, pues, que el fugado del maletero pudiese acabar en los próximos días como un sándwich vegetal haciendo de tofu en medio de dos números de la Benemérita ejerciendo de rebanadas verdes. Habrá que ver si eso incentivará o no el voto separatista, porque ya saben que existe un cabreo notable entre aquellos que se creyeron lo que dijo este señor acerca de la república catalana. La campaña para la abstención entre votantes lazis ha hecho, al parecer, mella y no podemos calcular si la visión del tío del flequillo con unas pulseras en las muñecas bajando de una furgoneta de la Guardia Civil podría animar de nuevo a los lánguidos de pancartita, figura geométrica por la Diada y colmillo retorcido en los patios escolares con los críos que no hablan en catalán”.
"La vuelta de Puchi, Puchi Pon supone un regalo impagable al independentismo del nordeste de España"
Si va de gracietas, no puede faltar la del rey de la la comieda gruesa Alfonso Ussía en El Debate: “A sabiendas de que, con muchas probabilidades, la fregona del maletero y terremoto de Waterloo va a terminar siendo juzgado en España por malversación, se le puede preparar mejor y con más detalles un glorioso recibimiento. Por todos es sabido que los separatistas catalanes son muy aficionados a celebrar derrotas e inconvenientes históricos. Para mí, que la vuelta de Puchi, Puchi Pon supone un regalo impagable al independentismo del nordeste de España”.
Al lado de todo eso, el editorialista de El Mundo parece un tibio. “Llarena vence, aunque Puigdemont aún puede alargar su impunidad”, titula su pieza. Como ven, no falta la cucharadita de miel para el justiciero del Supremo: “La decisión del Tribunal General de la Unión Europea de confirmar la suspensión de la inmunidad de Carles Puigdemont constituye una victoria de la Justicia española. Seis años después de fugarse tras el 1-O, el proceso se va inclinando en contra de sus intereses. Esto es posible gracias al rigor y la tenacidad de Pablo Llarena”.