Ha salido respondona la candidata del PP a presidir Extremadura, María Guardiola. Su plante (que es casi un desplante) ante la exigencia de Vox de entrar en su hipotético gobierno tiene a casi toda la prensa diestra al borde de un ataque de nervios. A la ya bautizaba como baronesa roja del PP le está cayendo… hasta por el apellido.
"Guardiola (hay apellidos que…) no quiere pactar nada con Vox porque considera que el partido conservador defiende unos postulados intolerables"
Y miren, por ahí les empiezo. Al columnero de Libertad Digital Pablo Molina le crujen los dientes ante la indocilidad de la dirigente extremeña y al atizarle su ración de estopa, empieza evocando a cierto entrenador catalán: “Guardiola (hay apellidos que…) no quiere pactar nada con Vox porque considera que el partido conservador defiende unos postulados intolerables y ella no quiere contaminarse con la fetidez ideológica que desprenden los de Abascal. Con PSOE y Podemos sí que podría llegar a acuerdos, porque las ideas izquierdistas son mucho más parecidas a las suyas. Es cierto que también resultan diametralmente contrarias a la gente que vota a María Guardiola, pero ese es un detalle menor sobre el que prefiere no especular”. En la misma cabecera, se nos traza el perfil de la insumisa bajo este títular: “María Guardiola, la candidata del PP que lanza un órdago a Vox, aplaude al Ministerio de Igualdad y escucha a Rosalía”.
En El Mundo, a Federico Jiménez Losantos se le llevan los demonios al ver una dirigente de derechas que se la librado del cilicio mental: “Guardiola se ha emperrado en que Vox no entrara en su Gobierno, y que no y que no. Los votantes, que sí y que sí, y le dieron una mayoría justita para echar al partido de Sánchez. Pero contra el veredicto de las urnas, Guardiola desenfunda El libro rojo de Petete y dice que no pactará con Vox por tres razones: rechaza que haya violencia machista, criminaliza a los inmigrantes y tira a la basura la bandera LGTBI. Como Vox no ha aceptado la presidencia del Parlamento, a votar otra vez. Pero esto último deja en ridículo a Guardiola. ¿Qué respeto tiene por el Parlamento regional cuya presidencia entrega al partido que rechaza?”.
"María Guardiola, que muy lista no parece, acaba de regalar la Asamblea de Extremadura a los socialistas"
Un par de páginas más allá, Santiago González vuelve a dejar caer una carga de profundidad sobre el apellido y, sin despeinarse, le insulta así: “María Guardiola, que muy lista no parece, acaba de regalar la Asamblea de Extremadura a los socialistas. Ella no quería pactar con el PSOE, empatado con el PP a 28 escaños, aunque con 6.000 votos más. El PP habría necesitado los cinco escaños de Vox para hacerse con la presidencia, pero ella no está por la tarea”. Como complemente, en el diario de Unedisa publica un perfil titulado “La operación de alto riesgo de la nueva baronesa roja del PP”.
Roja, o incluso morada, viene a añadir el subdirector de El Debate, Luis Ventoso, que está que trina con ella: “El caso Guardiola ejemplifica un síndrome que se está extendiendo en el PP: parte de sus cuadros han comprado el esquema mental de la izquierda en cuestiones morales y de hábitos de vida. Es decir: son del PSOE sin saberlo. En el caso de María Guardiola diríamos incluso que casi de Podemos”.
Con menos vitriolo, pero con contrariedad notable, el director de ABC, Julián Quirós, apunta: “María Guardiola ha recibido infinidad de voto prestado, procedente del PSOE, un giro histórico, y lo último que conviene es asustar con un escoramiento excesivo, porque se repetiría la etapa Monago: una legislatura pepera y vuelta a los corrales. Detrás del choque PP-Vox existe algo de ideología y muchísimo tacticismo”.
El vetusto diario se tira de los pelos. A esas palabras de su director se une un editorial titulado “Una operación de alto riesgo”, cuya idea viene a ser que no se le pueden poner las cosas tan a huevo al PSOE: “La trifulca política es un desahogo derivado de la frustración consiguiente, pero que poco o nada aporta a las urgencias y las necesidades de los ciudadanos, que son el primer y casi único deber y obligación de sus representantes públicos. El PSOE tiene razones para sentirse aliviado entre tantas heridas abiertas en unos comicios desastrosos para sus intereses, especialmente si la pírrica hazaña se ha debido a deméritos ajenos”.
En La Razón, la preocupación del editorialista es un calco de la de su colega de ABC. “El absurdo de conceder victorias a la izquierda”, lamenta el amanuense del diario de Francisco Marhuenda, antes de proceder a rasgarse las vestiduras: “La trifulca política es un desahogo derivado de la frustración consiguiente, pero que poco o nada aporta a las urgencias y las necesidades de los ciudadanos, que son el primer y casi único deber y obligación de sus representantes públicos. El PSOE tiene razones para sentirse aliviado entre tantas heridas abiertas en unos comicios desastrosos para sus intereses, especialmente si la pírrica hazaña se ha debido a deméritos ajenos”.
En la siguien página del diario azulón, Jorge Fernández Díaz, el de la kitchen, ladra su desazón: “Lo que sucede es también una consecuencia de negarse a afrontar el PP la batalla cultural para derogar definitivamente el marco conceptual establecido por la izquierda en los ámbitos ético y moral públicos. En estos momentos vemos que, al parecer, el mayor problema y la condición necesaria para pactar en Extremadura, así como el argumento central de la campaña nacional, es someterse a los dictados de los ideólogos del género”.