El protagonista del espacio de la izquierda también ha recibido lo suyo por autorizar los últimos acercamientos de presos de ETA. Claro que ahí no ha sido el único al que han atizado. Como botón de muestra, esto de Mayte Alcaraz en El Debate: “Cuando a estos asesinos el ignominioso Grande-Marlaska los traslada al País Vasco o Navarra no solo disfrutan de un privilegio inadmisible. Dejan de depender de la Dirección de Instituciones Penitenciarias de España para acogerse al régimen de impunidad que les procuran los que consideran que fueron un poco malos, solo un poco, pero que la causa lo justificaba: el PNV. El presidente socialista le ha entregado las llaves de las cárceles a Iñigo Urkullu, una suerte de Sánchez con acento vasco”. ¡Pumba!
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