Llegó el día D, es decir, el día T. Las Cortes españolas acogen la moción de censura más descacharrante de su historia. Si creen que ya se había escrito todo sobre la tragicomedia de Calixto Abascal y Melibea Tamames, se equivocan. Aquí les va, sin siquiera desbravar, parte de la cosecha de piezas muy poco favorables al festín.
Editorial de La Razón: “Ramón Tamames tendrá, si nada se tuerce, un momento de gloria que, ciertamente, honora toda una vida entregada al conocimiento y a la política. Podría aducirse que, cuando menos, los ciudadanos tendrán la oportunidad de escuchar de los mismos labios de uno de los personajes que mejor encarnaron el espíritu de la Transición una égloga de los males de la patria que compartirá una amplia mayoría de los españoles y la reivindicación del modelo político y social que consagró la vigente Constitución, hoy, menospreciada por una izquierda enferma de adanismo y por unos partidos nacionalistas que solo la entienden como barrera infranqueable a sus propios intereses”.
"No hay duda de que Abascal está para ayudar… a Sánchez"
Francisco Marhuenda (La Razón): “A estas alturas es evidente que Vox le ha montado un potente e impagable acto de campaña a Sánchez que durará dos días. Estamos ante la moción de censura más absurda desde la Transición. (….) Es el mejor regalo que le podía hacer Abascal a Sánchez que aprovechará estos dos días para sacar a pasear una nueva «foto de Colón». La izquierda mediática se volcará en favor de su candidato a la reelección, como es lógico, mientras alardea de esa inexistente independencia que es fácil de desmontar recordando su actitud ante las contradicciones del inquilino de La Moncloa y sus poco recomendables socios y aliados. No hay duda de que Abascal está para ayudar… a Sánchez”
Luis María Anson (La Razón): “Si viviera, Ramón María del Valle-Inclán acudiría hoy al café Gijón, pediría un cortado, atusaría su larga barba y prorrumpiría en una carcajada inacabable. La política actual le ha servido, a mesa y mantel, el gran esperpento nacional. Desde la ancianidad, desde la senilidad diría Don Ramón, un enternecedor ególatra, comunista de toda la vida, defiende la nueva moción de censura representando al partido de la derecha radical, al que Jorge Bustos ha calificado como la última cabalgada franquista”. (Anson tiene un año más que Tamames)
Ignacio Camacho (ABC): “Lo que tal vez no haya valorado Tamames en esa embriaguez de autoestima es que enfrente va a tener al príncipe de los narcisistas, epítome y paradigma de la fatuidad política. Sánchez es además un 'killer' con intuición asesina cuya contrastada experiencia se mide por el número de víctimas cobradas incluso entre sus propias filas”,
"Tamames es un último tren a Katanga tomado por los de Abascal sin medir las consecuencias"
Isabel San Sebastián (ABC): “Tamames fue una ocurrencia de Fernando Sánchez Dragó acogida a la desesperada. Un nombre célebre que dijo 'sí' a lo que muchos antes se habían negado. Un último tren a Katanga tomado por los de Abascal sin medir las consecuencias, que amenaza con descarrilar arrastrando a sus pasajeros a un ridículo del que no se regresa”.
Ignacio Ruiz-Quintano (ABC): “Tamames se presenta como el Gran Pipero del 78, llamando al Consenso, ese tótem oligárquico, y equiparando, Dios nos asista, la Constitución americana del 87, hija de un acto, y la española del 78, hija, ésta sí, de un pacto, y como el de 'Fausto'. Por cierto, que en la segunda parte de 'Fausto' la crítica contemporánea cree haber descubierto un tratado sobre políticas económicas sensatas, que a lo mejor es lo único que los españoles de buena fe esperarían de Tamames. Vuelve a la Primavera”.
Arcadi Espada (El Mundo): “La moción que hoy presenta Vox, con el viejo Ramón Tamames como señuelo, tiene inevitables características estrafalarias. Pero la más estrafalaria es que no la lidere el único hombre que tiene alguna posibilidad de llegar al poder en el próximo invierno. Alberto Núñez Feijóo ha dado instrucciones a sus íntimos para que ignoren la moción.(…) El presidente del Gobierno va a ganar la moción de censura con absoluta claridad, y la menos importante será la claridad numérica. No la va ganar por KO ni por KO técnico ni a los puntos, sino por incomparecencia. El socialdemócrata Tamames no es su adversario como el propio candidato ha insistido en estos días tan felices de su vuelta a la vida”.
Jorge Bustos (El Mundo): “Hoy tomará la palabra en la sede de la soberanía un hombre indiscutiblemente feliz, llamado Ramón Tamames. Y con él llegará el escándalo, porque no se puede censurar al Gobierno a base de sonrisas ni procede representar al partido más cabreado de España sin renunciar a una alegría indecorosa como de borracho en un velorio. Tamames ha gozado cada minuto del protagonismo inopinado que el error de cálculo de Vox le brindó, y hoy será el último baile. Por supuesto fingirá enfado ante la marcha del país, pero únicamente porque la crítica es el principio activo de la fórmula española del placer”.
"Tamames es el cuerpo extraño de una profanación institucional de salón"
Rubén Amón (El Confidencial): “Tamames es el cuerpo extraño de una profanación institucional de salón. Y el instrumento vanidoso de una artimaña política cuyo único aspecto positivo acaso consista en la maniobra autodestructiva que ha concebido Abascal. No ya porque la moción de tortura beneficia directamente al destinatario de la censura, sino porque desencadena un vodevil justiciero que tanto desprestigia la reputación del Congreso como sobreexpone la megalomanía y la ¿lucidez? de don Ramón”.
Antonio Elorza (The Objective): “La cosa tiene aires de farsa, pero es algo peor. Ramón Tamames y Santiago Abascal acaban de inventar un nuevo tipo de bumerán político: lanzado con el objeto declarado de potenciar a una fuerza de derecha, en transitorio declive, que en su vuelta va a golpear a su aliado y a invertir el sentido de una vida política marcada desde hace un año por las dificultades y las expectativas menguantes de Pedro Sánchez. Es un estúpido bumerán y un salvavidas. Tezanos no va a precisar de los manejos habituales para que a su CIS le salga la victoria del PSOE”.
"Si «solo queda Vox» como partido digno, honrado y honesto, su dirección podría dar un buen ejemplo al resto y dimitir en bloque tras el fracaso"
Jorge Vilches: (The Objective): “Lo sano cuando se fracasa es dimitir. Sobre todo si los planes no cumplen los objetivos. Ocurre en toda empresa privada que se precie. Otra cosa es la ley de hierro de las oligarquías, donde los dirigentes se aferran contra viento y marea a los cargos y sueldos, y al halago de los meritorios. Si «solo queda Vox» como partido digno, honrado y honesto, su dirección podría dar un buen ejemplo al resto y dimitir en bloque tras el fracaso. Y si no, allá cada uno”.
Ignacia de Pano (Vozpópuli): “En Vox no han escuchado nunca la máxima de que cuando el enemigo se equivoca no hay que distraerlo, y en vez de concentrarse en que la conversación pública no se desviara de la corrupción socialista, del tito Berni, el caso Pegasus y la ciénaga valenciana, han decidido darle el balón de oxígeno de una moción de censura cuyos extremos solo se entienden en el lugar donde se diseñaron, entre amigos, en una marisquería y tras una copa de vino: esas tamemeces que no soportan la luz del día”.