Lo del sádico protocolo antiabortista de Castilla y León no es una tontilocada exclusiva de Vox. La mayor parte del ultramonte diestro apoya de la cruz a la raya esas medidas. Feijóo, que lo sabe, silba a la vía.
"¿Es que en el fondo son conscientes de lo que significa un aborto y prefieren negar la evidencia rechazando los instrumentos que nos ofrece la tecnología?
“Miedo a un corazón”, se alinea con los abascálidos Isabel San Sebastián en ABC: “¿Dónde está el problema? ¿Dónde la coacción? ¿Acaso temen que ese sonido y esa visión humanicen al 'nasciturus' y desmientan la afirmación de Bibiana Aído según la cual un embrión es «un ser vivo pero no humano«? ¿Tan pobre opinión tienen de las mujeres que no las consideran capaces de refrendar su decisión con un conocimiento completo de lo que se disponen a hacer? ¿O es que en el fondo son conscientes de lo que significa un aborto y prefieren negar la evidencia rechazando los instrumentos que nos ofrece la tecnología?”
"Desde Herodes hasta nuestros días, los gobernantes autoritarios siempre les tuvieron miedo a los niños inocentes"
Bieito Rubido, director de El Debate, abre así su desparrame sobre el asunto: “Desde Herodes hasta nuestros días, los gobernantes autoritarios siempre les tuvieron miedo a los niños inocentes”. Después de la demasía, el cato al latido obligatorio: “Ese sonido de la vida, ese latido que te conecta con lo que puede ser, es la música de la eternidad, el que te lleva a la playa y a los veranos de la niñez que tú viviste y él puede vivir. Detrás de ese latido está la infancia, la argamasa de la vida que viene. Un sonido inocente, sencillo, pero con la fuerza poderosa de la existencia”.
Y como no era suficiente, el diario ultracatólico editorializa bajo el título “Sánchez, contra la vida”. A falta de argumentos, demagogia de todo a un euro: “¿Cuántas de ellas proseguirían con la gestación si dispusieran del apoyo, los recursos y las ayudas que se dedican a tantos otros asuntos menos relevantes? ¿Perderían a sus hijos si pudieran criarlos en las condiciones que, por ejemplo, tienen Irene Montero, Yolanda Díaz, Ione Belarra o la esposa del propio Pedro Sánchez?”.
"No parece un desatino que la mujer escuche el latido del corazón de la criatura que lleva en sus entrañas antes de decidir eliminarla"
“Un crimen horrible”, berrea Abel Hernández en La Razón. La perorata, también envuelta en oda al latido, lleva adosado un recado a Feijóo: “Ha bastado que la Junta de Castilla y León, por iniciativa de Vox, haya anunciado una serie de medidas a fin de que la mujer reflexione antes de desprenderse de su hijo, para que se levante un alboroto político y asome la cobardía moral de la variopinta derecha moderada, con los liberales a la cabeza. No parece un desatino que la mujer escuche el latido del corazón de la criatura que lleva en sus entrañas antes de decidir eliminarla. ¿A qué viene tanto escándalo?”.
"Debe tipificarse ya el delito de sedición fetal para sofocar los partos indeseados"
Para que luego digan de la número dos de Igualdad, Jorge Bustos se toma a guasa el asunto en el Mundo. “Urge sofocar la sedición fetal en Castilla y León”, bromea desde el título. Luego, entre chiste y chiste, una caricia a los proponentes de la norma. Lo que viene siendo enseñar la patita: “Así que debe tipificarse ya el delito de sedición fetal para sofocar los partos indeseados, porque la maternidad no es un derecho; al menos no como el derecho a decidir. Ciertamente a los violadores y pederastas no los está soltando Vox sino la ley del sí es sí, pero señalarlo es hacerle el juego a la extrema derecha, como bien ha explicado –sin perder el sentido del humor, tan útil para desinflamar– la secretaria de Estado de Igualdad”.
Y les termino con el habitual desmarque de Pedro J. Ramírez en El Español. Si por el fuera, Vox estaba fuera del gobierno de Castilla y León hace tiempo. Eso sí, a la hora de argumentarlo, el de los tirantes no se priva de citar a los otros malos: “EL ESPAÑOL, como ha hecho en anteriores editoriales, no puede más que insistir en la importancia de que el PP, a diferencia de lo que ha hecho el PSOE con los nacionalistas y los radicales a su izquierda, ponga pie en pared frente al extremismo de Vox. Mañueco debe romper con Vox y convocar elecciones anticipadas. Y Génova debe ayudar a su barón a convencerse de que eso es lo mejor para él, para el PP y para los españoles”.