La industria de la moda lleva un ritmo frenético. Las colecciones que se presentan ya ni siquiera siguen el calendario de las temporadas; en las tiendas que apuestan por el concepto fast fashion las prendas se sustituyen constantemente y sus estanterías se renuevan cada semana con novedades. Pero este tipo de consumo tiene un coste: peores calidades que hacen que la ropa dure menos tiempo; el desplazamiento de la industria al sudeste asiático en busca de precios más competitivos, lo que repercute en salarios bajos para los trabajadores y malas condiciones laborales; y la contaminación. 

Tras la alerta y la urgente necesidad de tomar medidas, son muchas las campañas e iniciativas que han surgido en los últimos años con el objetivo de consumir de forma más consciente, valorando el producto, el precio, la calidad y todo lo que hay detrás de cada prenda. Una de esas primeras campañas fue la que lanzó en 2011 Greenpeace bajo el título Detox, cuyo objetivo era conseguir que la industria de la moda eliminase los tóxicos de su producción. Fue uno de los primeros pasos, y ha logrado que cada vez más grandes compañías se sumen a una moda libre de tóxicos.

Por otro lado, también ha surgido con mucha fuerza el fenómeno de la moda circular, con tiendas de segunda mano y vintage, mercadillos de ropa o de intercambio... Cada vez estamos más acostumbrados a todas estas iniciativas en torno al reciclaje, que permiten al consumidor escoger de forma directa un tipo de moda más respetuosa. Pero el mundo de la moda aún ha querido dar un paso más con el denominado upcycling o suprarreciclaje.

El término upcycling surge en 1994 de la combinación de dos palabras inglesas: upgrade (actualizar) y recycling (reciclar), y no es otra cosa que mejorar una prenda creando otra de mayor valor y calidad que la original. 

Esta técnica es muy popular entre los aficionados al DIY y las manualidades, y cada vez es más habitual encontrar talleres de reparación o customización de las prendas, que además de darle un aire nuevo, ponen en valor el trabajo artesanal. 

Estas tendencias que tienen por bandera el reciclaje no solo están calando entre los consumidores, también entre las marcas que quieren dar un cambio y apostar por una moda más sostenible. Muchos diseñadores han incorporado a su forma de trabajar nuevos conceptos que antes eran impensables: reutilización de tejidos, dar nueva vida a piezas antiguas con retazos de tela, enriquecerlas con bordados, actualizarlas con pequeños cambios en el diseño...  

Cuidado con las etiquetas

Son muchas las marcas que quieren lavar su imagen pero esta no es una tarea nada sencilla, no basta con colgar una etiqueta ecológica a sus prendas. Curiosamente en los últimos años la moda se ha vuelto eco-friendly de repente y muchas marcas cuentan con colecciones especiales que, según anuncian, están hechas de materiales reciclados, tienen certificación de algodón u otros materiales orgánicos, anuncian que en su producción se ha ahorrado agua, o que han reducido las emisiones de CO2... 

Pero ya se sabe que no es oro todo lo que reluce, y junto a la buena voluntad de algunas empresas también hay otras que trabajan en lo que se denomina greenwashing, lavado verde o ecoblanqueo, una práctica de marketing que alude a la sostenibilidad de forma engañosa para vender mejor. Para detectarlo, hay que prestar especial atención a las campañas de marketing en las que se abusa de imágenes de la naturaleza o con gran predominio del color verde, al tipo de fuentes empleadas cuando divulgan sus datos, o a los eslóganes exagerados...

De momento cada marca trabaja e informa de sus logros a su manera, por ello muchos expertos coinciden en que un paso importante para ganar transparencia sería la estandarización en los procesos de trabajo, que después tuviera su visualización en las etiquetas de la ropa y que así el consumidor supiera qué está comprando realmente. 

En ello está trabajando la Fundación Knowcosters, una entidad sin ánimo de lucro que busca transformar la forma de consumir, con la misma libertad que hasta ahora, pero sabiendo qué compramos. Para lograrlo es fundamental dar información relevante a los consumidores a través de la Huella Fiscal (HF), un distintivo que informa del país donde pagan sus impuestos las empresas cuya actividad implique transacciones económicas en España, y el Triple Marcaje, para que las marcas informen al consumidor no solo del PVP de sus productos, sino también del coste para el estado del bienestar y para el coste planeta. 

No todo es greenwashing en el mundo de la moda. Cada vez hay más empresas y diseñadores que presentan proyectos e iniciativas que trabajan para reducir su impacto medioambiental. Repasamos tres ejemplos de firmas vascas que destacan por sus buenas prácticas. 

Micolet

Es una empresa vasca especializada en venta de ropa de segunda mano online. Nació en Erandio en 2015 de la mano de Aritza Loroño y Jose María del Moral, y a ellos se ha sumado recientemente el nuevo CEO, Iker Velez de Mendizabal. El mercado de la moda de segunda mano lleva seis años en crecimiento constante, pero se ha visto fuertemente impulsado en los últimos 3 años, a raíz de la pandemia. “Hemos vivido el fenómeno de la ropa de una sola puesta como consecuencia del fast fashion, las grandes empresas han producido por encima de su capacidad de venta y ahora está pasando factura. Por eso la moda circular es la clave, ya que es la mejor manera de tratar de paliar este exceso, dando una nueva vida a los textiles”, explica Olatz Elezcano, responsable de comunicación de Micolet. 

Los consumidores están acogiendo muy bien el cambio hacia la moda circular. Según se desprende de su Informe de Moda Circular, el 63% de las mujeres admite que su percepción sobre la ropa de segunda mano ha mejorado en los últimos 5 años. Aunque el orden de los motivos son primero ahorrar dinero, después comprar prendas no disponibles en tienda y en tercer lugar la sostenibilidad. 

Precisamente para mejorar esa imagen y darle un valor añadido, una de las estrategias de Micolet ha sido entrar en el armario de muchas famosas: “Las colaboraciones con influencers son un pilar fundamental y en el comienzo de Micolet, cuando la segunda mano estaba bastante estigmatizada, fueron la clave para darnos a conocer y romper barreras”, concluye Elezcano.

Almacén de Micolet, empresa vasca online que vende ropa de segunda mano.

DE COMPRAS POR EUSKAL HERRIA


  • Tiendas: Chic Market Bilbao, Koopera Store (con varias tiendas en la CAV), Traperos de Emaús Navarra (con tiendas en varias localidades de Navarra).
  • Mercados: Vintage Bilbao es un mercado que se celebra los fines de semana en la vieja fábrica Artiach de Zorrozaurre. Una vez al año en el claustro de la Catedral de Pamplona se celebra el mercado vintage Ame&Art. Por otro lado, la firma alemana Vinokilo organiza en fechas puntuales venta de prendas y accesorios de segunda mano que se pagan al peso. Además, en Iparralde, los denominados vide-greniers,฀mercados฀de฀brocante฀o฀de฀las฀pulgas salen a las calles de localidades como Anglet, Baiona, Cambo-Lesbains, Bidart... Allí se pueden encontrar ropas y todo tipo de artículos de segunda mano. Tienen presencia durante todo el año, pero de forma especial en otoño.
  • Online: Vinted, Zalando, Wallapop, Micolet, Percentil...

SFKF

Surgida en Bilbao con el nombre de Skunkfunk a finales de los años 90, es considerada pionera en materia de sostenibilidad. “Desde siempre hemos trabajado mano a mano con los talleres. Tras pasar de trabajar en cooperativas vascas con tejidos europeos a producir en talleres más integrados fuimos por primera vez a China en el 2003 a trabajar una parte de producción allá. Ver cómo se produce y qué impacto directo tenía en el agua que salía de nuestro taller principal nos llevó a querer cambiar esa forma de hacer las cosas”, explican desde la marca. 

Entre sus logros, en 2013 se convirtieron en la primera marca certificada GOTS en el Estado español, y en 2017 fue la primera marca textil certificada en comercio justo. “Los certificados son necesarios porque hoy en día asistimos a una explosión de greenwashing donde parece que todo vale”, añaden. “Haría falta una legislación mundial sobre qué se puede y cómo se puede producir, y no solo textil”, concluyen. 

‘App’ de la marca vizcaína SKFK, considerada una pionera en sostenibilidad.

Twin&Chic. 

Twin&Chic es una firma de moda infantil orgánica y dermosaludable basada en criterios de economía circular y ecodiseño made in Gipuzkoa, y recibió recientemente el Premio a la Sostenibilidad en los Premios de la Moda de Euskadi 2023 organizados por el Gobierno Vasco.

Erika Gómez está detrás de Twin & Chic, y aunque desarrolló su carrera en el mundo de las finanzas corporativas, decidió crear la firma fruto de su búsqueda fallida a la hora de encontrar prendas para sus hijos realizadas a partir de materiales sostenibles y respetuosos con su piel y la naturaleza. Los tres pilares de la marca son el respeto por el medioambiente, el respeto por la salud de la piel de los niños y su futuro (se estima que más del 30 % de la población mundial infantil tiene problemas de piel) y el respeto por los derechos laborales. 

Imagen de la nueva colección de la marca guipuzcoana Twin&Chic.

EN LAS REDES


TikTok , una de las redes más usadas por los jóvenes, no solo es un escaparate para mostrar vídeos sobre bailes, retos, moda, belleza... También hay quien le saca partido como una herramienta para fomentar el activismo medioambiental. Cada vez están cobrando más protagonismo vídeos sobre reciclaje, sobre cómo reducir la huella de carbono... Los hashtags más populares para quien busca ese consumo responsable son: #ZeroWaste, #Thrifting o #ClimateChange.


Desde Ecolover, una web independiente que tiene como objetivo informar sobre propuestas sostenibles en el ámbito de la moda, la belleza y el estilo de vida, ha elaborado un listado con varias eco-influencers, cuyos vídeos y propuestas pueden servir para promover el consumo consciente. Lideran la lista:


  • Andrea Cheong (@andreacheong_) Tiene 233.6K seguidores y ha creado el Mindful Monday Method, un programa centrado en fomentar hábitos de consumo de moda más conscientes y saludables.
  • Blondiemuser (@blondiemuser) Tiene dos millones de seguidores y utiliza sus vídeos para concienciar sobre el impacto que ciertas actividades causan en el medioambiente y la importancia de reducir la huella de carbono.
  • Chelsy Christina (@chelsychristina). Especializada en decoración, triunfa con sus vídeos sobre proyectos DIY, y sus compras en mercadillos locales y tiendas vintage.
  • Megan McSherry (@acteevism). Ofrece consejos para comprar en tiendas de segunda mano, trucos para hacer la colada de forma más sostenible...