La Reserva de la Biosfera de Urdaibai es, sin duda, uno de los grandes patrimonios que tenemos en Euskadi. El atractivo de sus paisajes y la personalidad de los pueblos de la costa vizcaína han servido como escenarios de grandes películas y series nacionales e internacionales. Hablamos de la famosísima Juego de Tronos, que en su séptima temporada rodó en San Juan de Gaztelugatxe como escenario de base para recrear Rocadragón.

Sus alrededores también han sido utilizados para acoger grandes bodas, como la de la famosa presentadora de televisión Anne Igartiburu. Otras series, como las españolas Allí abajo u Ocho apellidos vascos han sido algunos de los últimos ejemplos que han elegido Urdaibai como localización de la que disfrutar en la pequeña o gran pantalla.

Aun así, hay que señalar que Urdaibai no se resume en San Juan de Gaztelugatxe, ya que los pueblos de la zona, así como sus bosques, están considerados, por muchos, unos de los lugares más característicos y pintorescos de Euskadi. Hablamos de Mundaka, del estuario que atraviesa los pueblos de Mundaka o Gernika, de Elantxobe, del Bosque de Oma y las playas de Laga y Laida.

La Reserva de la Biosfera nace en la desembocadura del río Oka, en la comarca de Busturialdea. Tiene una extensión de 220 km² y su riqueza ecológica fue reconocida en 1984 por la Unesco y dos años después se declaró como zona protegida.

Este enclave es refugio para que muchas aves migratorias pasen largas temporadas antes de emprender su vuelo a otros destinos. Por ello, anualmente, muchos ornitólogos y aficionados viajan a la zona con el objetivo de observar y fotografiar todo tipo de ejemplares. Además, la gran riqueza de Urdaibai es considerada de gran interés natural, científico, educativo y cultural.

¿Pero qué se puede ver alrededor de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai? Tal y como hemos dicho anteriormente, este enclave se ha convertido en uno de nuestros principales reclamos turísticos.

gastronomía

Empezaremos nuestra ruta por Bermeo. Esta localidad posee una gran tradición marinera, al igual que la mayoría de pueblos que se encuentran pegados al mar Cantábrico, pero su tradicional puerto pesquero tiene algo que lo hace especial. Si visitas la localidad de Bermeo por vez primera, no puedes perderte la oportunidad de callejear por su Casco Viejo y observar sus llamativas casas de colores. Después del paseo, es conveniente sentarse a comer un buen pescado en cualquiera de los restaurantes de la zona. Un manjar de los dioses, como se suele decir.

Otro de los pueblos que no debes perderte es Mundaka, que se hizo famoso a nivel mundial gracias a su ola, que ha atraído a surfistas de todo el mundo. Es considerado, por muchos, el pueblo más bonito de la zona. Pequeño, pero con mucho encanto. Todo el que lo visite no puede perderse la oportunidad de subir al mirador de la Atalaya.

La localidad vizcaína de Gernika es otra de las paradas obligatorias, además de Elantxobe y las playas de Laida y Laga. Ambos arenales están situados en el municipio vizcaíno de Ibarrangelu. La de Laida tiene 812 metros de longitud por 166 metros de ancho, mientras que la de Laga tiene 574 por 35 en pleamar.

Y, por último, no podemos olvidarnos de el Bosque de Oma. Es una obra artística creada por el pintor y escultor bilbaíno Agustín Ibarrola entre 1982 y 1985. Este bosque está formado por un conjunto de árboles que han sido pintados con unos colores muy llamativos, y que al mirarlos desde diferentes ángulos y perspectivas concretas, recrean auténticas obras de arte.

UN LUGAR PARA DISFRUTAR

La ola de Mundaka es un regalo del mar a esta localidad y más en concreto a los amantes de este deporte. Está considerada como la mejor ola izquierda de Europa. Kelly Slater, Mark Occhilupo, Aritz Aramburu o Kepa Acero han cabalgado sobre ella, pero sobre todo son los surfistas locales quienes la disfrutan todo el año. Esta ola nace en la barra de Mundaka y termina en la playa de Laida. Puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura y los 400 metros de largo. Su forma de tubo, que permite a los surfistas contemplar desde su interior toda la costa, le confiere un valor añadido. También ha sido sede del Circuito Mundial de Surf en nueve ocasiones.