“Me siento un afortunado por todo lo que el Deportivo Alavés me ha permitido vivir”
El gasteiztarra Manu García, emblema del Alavés, anunció su retirada del fútbol el pasado 12 de noviembre
¿Con qué momentos se queda de su periplo de ocho temporadas en el Deportivo Alavés?
–He vivido momentos muy bonitos. Guardo un buen recuerdo del día de la presentación, de mi primer día en Mendizorroza. Es la primera ocasión en la que tengo la sensación de que soy jugador del Alavés. Luego, me quedo con todos los éxitos: los dos ascensos, la salvación de Jaén, que para mí es probablemente el momento de mayor tensión que he vivido. Y luego la final de Copa. Es una carrera tan larga que da para mucho. Destacaría que son la culminación de procesos, de temporadas en las que estábamos muy exigidos, como mi debut en Primera, o la evolución del club de Segunda B a Segunda, y no descender de nuevo a Segunda B. Han marcado mi carrera deportiva y, un poquito, el devenir del club. Podría hablar de mi primer partido con el Alavés en Barakaldo, de mi debut en Mendizorroza con el Logroñés, que también fueron muy especiales para mí. Lo que pasa es que luego se fueron sucediendo hitos un poco más importantes o que tenían más repercusión en lo colectivo que en lo personal.
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En su presentación como futbolista del Deportivo Alavés en 2012, ¿se imaginaba que iba a protagonizar una trayectoria de tal calibre en el equipo de su vida?
–Venía de varias decepciones a nivel profesional. Llegué con la cabeza bastante tranquila en el sentido de ver cómo nos adaptamos y ver si deportivamente salía bien el año. Siempre hacía planes a muy corto plazo, de temporada tras temporada, a ver cómo se iba dando. Deportivamente lo planteé de la misma manera. Era una temporada para ver si iba bien, si íbamos a ascender, si podía participar, y disfrutar un poco de jugar en casa, que era muy especial. Y así me lo fui planteando año tras año, con las sucesivas renovaciones que tuve, ver si conseguimos cumplir los objetivos, poder ayudar, y poder participar, intentando disfrutarlo mucho.
“Estar en Primera da más repercusión, los niños y niñas se hacen del Alavés y se crea un sentimiento para toda la vida”
¿Y cómo es el Ibaia que encontró en 2012 en comparación con el que se despidió?
–Desde la última remodelación solo ha habido cambio en el tema de los campos, pero internamente sí que ha evolucionado mucho. Ibaia, en su momento, para nosotros tenía todo lo que un futbolista profesional necesitaba. No tenía lujos, pero tampoco carencias que el jugador echase en falta. Ha crecido mucho, tanto en infraestructura, como en los campos que pueden usar, vestuarios, gimnasio, restaurante, y los espacios que tienen para la cantera y los cuerpos técnicos. Da un servicio mejor que antes, pero entonces, para nosotros, como profesionales, no nos faltaba de nada.
¿Qué importancia han tenido esas iniciativas de acudir a los colegios para atraer cada vez a más niños y niñas a Mendizorroza?
–Siempre íbamos a colegios a hacer firmas y era con lo que los niños más disfrutaban. Seguro que ha ayudado para generar ese sentimiento. Ha ido de la mano del éxito deportivo, que engancha a más gente. Hemos vivido años muy bonitos. Cuando las cosas van bien, es más fácil disfrutar del club y de Mendizorroza que cuando las cosas van mal. Yo creo que se ha unido un poco todo: el club siempre ha tenido cuidado en el tema social, de tener una imagen de que se preocupa por la provincia, no solo por Vitoria. Unido al rendimiento deportivo, ha ido generando un sentimiento que probablemente existía en otras generaciones. El hecho de estar en Primera División ha dado más repercusión. Los niños se hacen del Alavés y se crea un sentimiento que es para toda la vida.
“Es una carrera tan larga que da para mucho; me quedo con los dos ascensos, la salvación en Jaén y la final de Copa”
Como vitoriano,¿ cómo vivió los ocho años en el Deportivo Alavés?
–Tuve suerte, entre comillas, de que cuando llegué aquí ya no tenía 20 años; tenía cierta experiencia. Había vivido momentos complicados, entonces me tomaba este reto, que era muy importante para mí, con cierta tranquilidad, en el sentido de no tener altas expectativas y disfrutar de lo que iba llegando. He disfrutado muchísimo, he sido muy afortunado por lo que el Deportivo Alavés me ha permitido vivir, y lo he sentido más intensamente que en otros clubes, donde la profesionalidad ha sido la misma, pero la repercusión emocional para mí ha sido diferente fuera de aquí. Los malos momentos los sufría más y los buenos los he disfrutado muchísimo. Siempre intentando darle naturalidad a lo que no dejaba de ser un deporte, que a veces no puedes controlar todo, y que, al final, siempre uno gana y otro pierde.
“El Alavés está en constante evolución y, por suerte, en las últimas décadas ha vivido un crecimiento continuo”
Con 308 encuentros oficiales en el Deportivo Alavés, ¿cuál cree que es el legado que deja en el club y la provincia?
–He tenido la suerte de poder disfrutar de esto más tiempo probablemente por el momento en el que llegué. Pienso que las diferentes plantillas, los diferentes equipos en los que hemos formado el Deportivo Alavés, hemos ido sembrando para el futuro del club. Tuvimos la suerte de tener éxitos a nivel deportivo, que, para mí, al final es lo que sustenta el club, el futuro del club. El hecho de llegar a Primera División y mantenernos tantas temporadas creo que le dio un giro grande al club en todo: en lo económico y en lo social. Lo que sí que está claro es que el club evoluciona en cuanto a infraestructura, lo social y los aficionados. Es algo que perdura, que traspasa generaciones y que es patrimonio del club. Y todas las personas que vamos pasando, que aportamos nuestro granito de arena, estamos en el momento que nos toca, y cuando ya salimos, pues ya está. Se ha aportado lo que se ha podido, con mayor o menor éxito, y el siguiente toma el relevo. El club está en constante evolución y, por suerte, en las últimas décadas ha tenido un crecimiento continuo.