El verano es la estación perfecta para pasar un día a remojo en la piscina. Aunque pueda ser una de las mejores estrategias para sobrevivir al calor abrasador y a las temperaturas extremas, nunca hay que olvidar que mantenerla en condiciones exige tiempo, paciencia y recursos adecuados.
Porque, más allá del apartado estético, también entra en juego el bienestar y la salud de cada uno: de este modo, se acaba de una vez por todas con las bacterias o las partículas que pueden ser perjudiciales.
La importancia de la calidad del agua
Para evitar entrar en contacto con hongos y otros elementos que puedan favorecer enfermedades e irritaciones en la piel. Por ese mismo motivo, hay que llevar a cabo tratamientos efectivos al agua de la piscina para evitar riesgos de contaminación y suciedad.
Así las cosas, nada como apostar por trucos caseros y económicos con los que dejar impoluto este elemento del jardín o la terraza, prescindiendo de alternativas complicadas y sistemas complejos.
Un método casero y sencillo para la piscina
Se trata de un método sencillo con el que echarle cloro a la piscina de forma controlada. Por muy simple que parezca, es muy eficaz si se adapta al tamaño de este recinto. Para ello, vamos a repasar todo el material que necesitamos.
Material necesario
Hay que hacer acopio de una media de nylon de 20 cm, algunas pastillas de cloro, una cuerda y luego un objeto flotante. El primer paso es meter una o varias tabletas de cloro dentro de la media, cerrarla con un par de nudos y atar en una punta la cuerda con dicho objeto.
El procedimiento
Con este elemento, se puede ir moviendo a lo largo y ancho de la superficie del agua. Con este mecanismo, el entorno se va impregnando de cloro y, al mismo tiempo, desinfectando. Y, cuantas más veces se haga, más impoluta quedará la piscina.
El cloro más aconsejable es el multiacción que, debido a sus propiedades, actúa de forma completa para mantener el buen estado del agua en el medio y largo plazo.
Otros trucos útiles para mantener la piscina limpia
Hay más métodos para que el agua de la piscina quede en buenas condiciones. Se puede aplicar un limpiafondos para poner fin a toda la suciedad que se apila en el fondo del recinto de la piscina: tierra, palos, hierba, etc.
Asimismo, una red recogehojas es una alternativa muy práctica. Con ella, y sobre todo si la zona está rodeada de árboles, se hace con los insectos, especialmente mosquitos u hormigas, y otros tantos que anden cerca del agua.
Como no podía ser de otra manera, el bicarbonato de sodio también aclara el agua. Si se combina con vinagre blanco y en pequeñas cantidades, puede controlar los componentes químicos que se generan en la piscina.
Finalmente, un buen sistema de filtrado es fundamental para que el agua quede bien limpia. Hay que dejarlo funcionando durante varias horas al día, sobre todo por las noches, momentos en los que no hay actividad en la piscina.