Cuando nos enfrentamos a las tareas del hogar, hay una que resulta incómoda por su complejidad: el cuarto de baño. Al ser un espacio con tantos recovecos y cada uno de ellos con sus respectivas necesidades, puede que descuidemos su limpieza o que no nos empleemos a fondo. Sin embargo, no hay de qué preocuparse, pues con una rutina establecida es todo mucho más fácil.
Por lo tanto, y para tener tu casa a punto, a continuación repasamos cinco consejos que te serán de gran ayuda para dejar tu baño reluciente.
Cinco consejos de oro
Aunque la limpieza del hogar no es una cuenca exacta y hay un amplio abanico de posibilidades por dónde empezar, estos pasos serían los más importantes a tener en cuenta:
1. Productos eficaces
Para limpiar el baño a fondo, es fundamental contar con desinfectantes. El más conocido es la lejía, pues actúa muy bien contra las manchas de moho. Pero hay que tener cuidado con ella, porque es contaminante y mancha algunos materiales. Además, no es aconsejable mezclarla con otros productos.
También tenemos alternativas como el oxígeno activo. No daña los metales y es efectivo contra el moho, pudiendo usarse con otros materiales sin riesgos. Pese a su desagradable olor, el vinagre es otra opción, al igual que el alcohol isopropílico, un recurso muy potente contra la suciedad.
Conviene tener de un buen jabón o limpiador de baños en forma líquida, sólida o de gel. Además, para acabar con el mal olor de las tuberías y recuperar el brillo de los cromados, emplea bicarbonato sódico.
2. Azulejos y otras zonas
Para limpiar los azulejos, es conveniente seguir varios pasos. Primero, preparar en un cubo pequeño una mezcla de agua con bicarbonato y, usando con una esponja, frotar el suelo. Después, enjuagarlos bien con agua limpia, mezclando vinagre con un limpiador de baños y frotando de nuevo.
Adicionalmente, podemos emplear alcohol isopropílico para un brillo espectacular. En su defecto, se puede utilizar un blanqueador, valiéndonos de un pincel que dejaremos secar.
Otras de las zonas difíciles son las juntas de silicona de las mamparas, bañeras y duchas. A veces, el moho sale debajo y no hay forma de eliminarlo, Por ese motivo, podemos a aplicar un procedimiento similar al anterior.
3. Los grifos
Limpiar grifos con cierta frecuencia facilita mucho su mantenimiento. De esta forma, nos ahorraremos la aparición de manchas por la cal y el óxido.
Un buen truco es limpiarlos dos veces por semana con agua templada y jabón. En caso de que estén muy sucios, recurriremos a frotarlos con vinagre. Para acabar con la cal, usaremos bicarbonato sódico con unas gotas de agua caliente en un cepillo de dientes.
Asimismo, el limón, la sal mezclada con agua y el vinagre blanco son buenos métodos.
4. El inodoro
Los productos naturales son perfectos para limpiar el inodoro, puesto que no dañan el medioambiente y son tan eficaces como la lejía.
El bicarbonato sódico puede ser una buena solución. Para ello, espolvoreamos dos vasos en la taza del váter y dejamos que actúe. Más tarde, ponemos a hervir un litro de agua. Cuando llegue a ebullición la retiramos del fuego y añadimos un vaso de vinagre.
Acto seguido, echamos el líquido sobre el bicarbonato y frotamos con la escobilla por el interior de la taza. Finalmente, tiramos de la cisterna. Este proceso contribuye a higienizar las tuberías e impedirá los malos olores.
5. La bañera
Si queremos dejar la bañera y la ducha como nuevas, necesitaremos de algún producto antimoho. Que lo aplicaremos en las manchas o puntos negros y frotándolas con un cepillo de dientes viejo. Luego, cubriremos la superficie con bicarbonato y pulverizando vinagre blanco sobre él.
Luego, la dejaremos actuar media hora y la frotaremos con una esponja, para aclararla con agua fría. Y, por último, eliminaremos la cal con una mezcla de vinagre o limón con sal marina y un poco de agua caliente.
Consejo a recordar
La rutina de limpieza del baño no es complicada y no requiere de grandes gastos. Eso sí, de nada sirve limpiar el baño a fondo si no se mantienen en buen estado los sifones, desagües, tuberías y latiguillos. Aunque a simple vista parecen imperceptibles, son clave en el funcionamiento de toda la maquinaria del cuarto de baño.