Antonio Tejado, el sobrino de la cantante María del Monte, ha lamentado las "falsedades" que considera que se han difundido sobre él desde que se conocieron los hechos. El colaborador televisivo es una de las seis personas en prisión tras ser acusadas de pertenecer a una organización dedicada a robos con violencia e intimidación en viviendas.

El bufete de abogados Sanalve, equipo jurídico del acusado, ha emitido el siguiente comunicado: “Tejado ha sido testigo de cómo se han difundido falsedades sobre su persona, así como declaraciones que atentan contra su intimidad y reputación, vulnerando su derecho al honor".

Rogamos el máximo respeto y compresión tanto para don Antonio Tejado García, como para su familia”, finaliza el comunicado.

Su abogado ha pedido a los medios de comunicación “que se abstengan de difundir información no veraz” sobre su cliente. Al mismo tiempo, ha advertido de que se reservan el derecho “a ejercer las acciones legales pertinentes para proteger su honor y reputación”.

En estos momentos, Antonio Tejado se encuentra ingresado en la cárcel Sevilla I, a la espera de que se instruya la causa. De acuerdo con esta, se da la circunstancia de que a finales de agosto su tía, María del Monte, sufrió una asalto en su casa de Gines (Sevilla).

En la causa se investigan supuestos delitos de robo con violencia, detención ilegal, lesiones, amenazas y pertenencia a organización criminal, según afirma el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

La ‘Operación Abgena’

La denominada 'Operación Abgena' fue iniciada a finales del mes de agosto del pasado 2023 tras la denuncia interpuesta por una víctima de un robo en una vivienda en la comarca sevillana de Aljarafe. En ella estaba implicado Antonio Tejado, sobrino de María del Monte.

Tal y como apuntan los indicios aportados en las investigaciones, cinco encapuchados accedieron a la vivienda saltando la valla perimetral de una finca de un domicilio unifamiliar, forzando la puerta que daba acceso al interior.

Una vez dentro, los delincuentes maniataron y amordazaron a algunos de los moradores, mientras eran amenazados de muerte. Las víctimas, ante la agresividad mostrada, fueron obligadas a colaborar con sus captores ofreciéndole la combinación de la caja fuerte, de la que sustrajeron joyas y relojes de alto valor económico y dinero en efectivo, así como otros objetos que encontraron por el domicilio.

La organización contaba con personas conocidas como “machacas”. Es decir, personal de confianza de los principales miembros de la organización a los que se les encargaba cometidos tales como transporte, vigilancias o funciones de guardeses de los productos ilícitos.