Por lo que conocemos en sus redes sociales, Frank Cuesta (León, 1971) es una persona que se mantiene muy activa y defiende sus pensamientos, más allá de lo que piensen los demás sobre ser políticamente correcto. El naturista, que hace pocos días compartía con sus seguidores una mordedura de víbora, tres días más tarde comentaba: “De momento sigo vivo”. Parece que el veneno y la inflamación en su brazo le han empujado a valorar, a su estilo, un comentario que no parece que le haya gustado del todo.

La polémica se ha desatado cuando el periodista Javier Negre hacía un post en la red social X, sobre un artículo publicado en EDATV con el título “Daniel Sancho se enfrenta al ‘calvario’ dentro de la cárcel que vivió Yuyee, la exmujer de Frank Cuesta”.

Esta comparación del proceso de la exmujer de Frank Cuesta, no le sentó demasiado bien y la respuesta ha sido contundente. La respuesta decía “Sr. Negre... ¿Es usted gilipollas o simplemente entrena para ser el tío más subnormal de España? Me cago en la p... que le parió!"

Poco análisis requiere la respuesta, tajante y contundente, como suelen ser las opiniones del presentador de televisión y responsable de un santuario de animales en sus terrenos, en el que acoge a animales vulnerables. Javier Negre ha respondido a la reacción de Frank Cuesta con un escueto “Hola Frank Cuesta. Me refiero a que su expareja ya conoció lo que es una cárcel en Tailandia y el sistema policial y judicial de allí. Un abrazo y espero que se recupere de su mordedura”.

El caso Yuyee Alissa

Esta divergencia de opiniones viene de los años que estuvo su exmujer encarcelada y es que Yuyee Alissa estuvo presa en una cárcel de Tailandia durante algo más de seis años. En un registro en el aeropuerto de Bangkok se le incautaran 0,005 gramos de cocaína en 2012. Dos años más tarde, ingresó en la cárcel, acusada por un delito de narcotráfico

Las comparaciones son odiosas y aunque el artículo se centra en relatar cómo son las cárceles tailandesas respecto al reciente suceso del hijo del actor Rodolfo Sancho, Daniel Sancho, parece que la sangre no va a llegar al río y de momento cada cual sigue a lo suyo.