La comida asiática ha conquistado poco a poco el Occidente. Desde aquellos primeros platos que fueron acogidos casi de inmediato, como el sushi, hasta otros que hoy llaman la atención de los del buen comer. Uno de ellos es un plato típico coreano que, probablemente, hayas degustado si en algún momento visitaste ese país. Una peculiaridad de esta receta es que resulta adictiva porque su textura siempre crujiente, debe poder comerse en uno o dos bocados y ha de ser liviana, pero con mucha potencia de sabor.

Al probarlo, sentirá una explosión en el paladar: dulce, salado, ácido, picante, todos los sabores están invitados a la fiesta. Es una idea perfecta para compartir con la familia y con amigos, también viene genial como comida ligera. Es un plato muy saludable que está dentro de una dieta equilibrada y, al mismo tiempo, es muy sabrosa por la mezcla de varios elementos que cuando se fusionan son un deleite para el paladar: se trata del saam o ssäm.

Origen del saam o ssäm

El saam es un plato tradicional que se ha consumido durante siglos en Corea, y su origen se remonta a la era Goryeo y la corte mongola, entre los años 918-1392. Se cree que surgió cuando las mujeres eran enviadas a la corte como doncellas o damas. En la época, el saam era habitual entre en las clases altas, donde se envolvía arroz en hojas verdes y se acompañaba con una salsa con miso y ajo. Ya en el siglo XX se volvió un plato frecuente en cualquier reunión familiar, tal como ocurre hasta hoy.

Qué es el saam

Es una idea perfecta para compartir con la familia y amigos, también viene genial como comida ligera. Es un plato muy saludable que está dentro de una dieta equilibrada, y con un sabor espectacular gracias a la mezcla de varios elementos que cuando se fusionan son un deleite para el paladar. Saam o ssäm, a veces escrito como säam, en algunas cartas, significa envuelto y puede definirse como una especie de taco o wrap coreano.

En esta especialidad asiática no hay tortilla de maíz, trigo u otro cereal, sino una hoja que generalmente es de lechuga, pero también podría ser de sésamo, repollo, col china o incluso alga. Puede que así suene a una preparación algo sosa, pero lo que se coloca encima de la hoja aporta la magia. Suele llevar pescado o carne, creando un contraste entre la proteína y lo fresco de la lechuga que hace que sea un bocadillo irresistible.

Los secretos del saam

Por tradición, este plato lleva carne de ternera, pero puede prepararse con otras carnes, como cerdo, pollo o incluso con soja deshidratada si desea una versión vegetariana o vegana. Este bocado se ha convertido en una tendencia que se ha extendido más allá de la cocina asiática. Su éxito se debe a que es un plato pintoresco, divertido, fácil de compartir y que, además, se come con las manos. Sumado a ello, a la mayoría de la gente le encanta la lechuga, sobre todo cuando va acompañada de un bocado con textura agradable y una buena salsa.

Cómo preparar el saam o ssäm

Saam o ssäm: los tacos coreanos más saludables que están de moda.

Esta última sensación de la cocina coreana, que se come con las manos, ya triunfa en Nueva York y en París. Los ssäm son muy versátiles: admiten cualquier ingrediente, siempre que los sabores estén equilibrados. Una receta muy sencilla es el saam o ssäm de pollo, aunque puede ser reemplazado por cualquier otra proteína.

Ingredientes

Contramuslos de pollo

1 cucharada de mostaza

1 cucharadita de sriracha o salsa picante

1 cucharadita de ajo en polvo

1 pizca de jengibre en polvo

Zumo de medio limón

4 cucharadas de salsa de soja

Hojas de lechuga

Hierbabuena o cilantro

Preparación

En un recipiente mezcla la mostaza, la sriracha, el ajo, el jengibre, el zumo y la soja. Esta salsa es clave para la receta porque le proporciona al plato su esencia coreana y ese toque asiático. A continuación, toma los contramuslos de pollo y haz unos cortes para que la salsa se impregne bien en la carne. Este paso hará que la carne quede bien jugosa. Recuerda que puedes cambiar el pollo por cualquier carne: ternera, cerdo, conejo o panceta. Envuelve los contramuslos como si fuese un rollito (deja la piel por la parte exterior) y ciérralos con papel aluminio. 

Hornea a 180 grados durante 20 minutos. Luego, retira el aluminio, baña la carne con la salsa y regresalos de nuevo con el programa grill durante 10 minutos para que queden gratinados y crujientes por fuera. Coloca la carne sobre unas hojas de lechuga y añade un poco de cilantro para aromatizar. Para darle un toque crujiente puede agregar cebolleta o rábano. El perfecto aperitivo coreano para sorprender a los paladares.