Todo empezó en Clermont-Ferrand, en el centro de Francia. En el año 1889, los hermanos André y Edouard Michelin fundaron la empresa de neumáticos que lleva su nombre, Michelin, animados por una previsión positiva de la industria automovilística en el país galo, que contaba por aquel entonces con menos de 3.000 vehículos.
En 1926, la guía roja empezó a valorar los restaurantes por medio de inspectores anónimos que los visitaban. Así comenzaba una nueva era en la gastronomía, donde la calidad y la excelencia culinaria eran reconocidas y premiadas. Este sistema de evaluación revolucionó la forma en que los comensales elegían sus destinos gastronómicos y estableció un estándar de referencia global para los chefs y restaurantes hasta lo que conocemos a días de hoy.
Con el éxito inicial en Francia, la Guía Michelin comenzó su expansión internacional. En 1931, la guía introdujo la clasificación de tres estrellas, donde un restaurante de esa categoría era considerado “una cocina excepcional, que justifica el viaje”. Esta calificación se convirtió en el sueño de muchos chefs alrededor del mundo.
La guía se expandió primero a otros países europeos, incluyendo Italia, España y Alemania. y en la década de 2000 se introdujo en Estados Unidos y Asia, con ediciones en Nueva York, Tokio y Hong Kong, entre otros. Esta expansión global no solo reflejó la creciente influencia de la Guía Michelin, sino también el reconocimiento de la diversidad culinaria a nivel mundial.
Euskal Herria tiene experiencia en el impacto que ha suscitado la guía roja en sus espacios culinarios, y de hecho ha sido un territorio particularmente destacado en el ámbito de la gastronomía. La Guía Michelin ha jugado un papel crucial en reconocer y elevar su cocina, con Donostia en particular, que se ha convertido en un epicentro culinario, conocido mundialmente por su alta concentración de restaurantes con estrellas Michelin y ha ayudado a atraer turistas gastronómicos, beneficiando no solo a los restaurantes. sino también a la economía local en general. Restaurantes como Arzak, Mugaritz y Martín Berasategui se han puesto en el mapa gastronómico global, influenciando así mismo la cocina contemporánea.
Nuevo proyecto
Ahora comienza una nueva andadura en la que Francia ha sido el primer país en desvelar sus 189 Llaves Michelin, una distinción que reconoce a hoteles que ofrecen las experiencias destacadas.
El pasado mes de abril se otorgaron también las primeras Llaves Michelin en el Estado español.
Categorías
En esta nueva clasificación se encuentran distintas categorías:
- Una Llave Michelin: una estancia única. Estos alojamientos son auténticas joyas con carácter y personalidad distintivos. Pueden romper moldes, ofrecer algo diferente o simplemente ser los mejores en su categoría. El servicio siempre supera las expectativas, ofreciendo mucho más que otros establecimientos de precio similar.
- Dos Llaves Michelin: una estancia excepcional. Se trata de lugares verdaderamente excepcionales en todos los sentidos, que merecen ser visitados por sí mismos. Garantizan siempre una experiencia memorable, con carácter, personalidad y encanto. La gestión se realiza con evidente orgullo y cuidado considerable. Destacan por un diseño o arquitectura llamativos y un fuerte sentido del lugar.
- Tres Llaves Michelin: una estancia extraordinaria. Estos hoteles son el epítome del asombro, combinando lo último en confort, servicio, estilo y elegancia. Son destinos notables y extraordinarios, considerados como destinos en sí mismos para viajes inolvidables. Cada elemento de una verdadera hospitalidad está presente para asegurar que la estancia sea memorable.
+ Info
https://guide.michelin.com/es/es/hotels
Entre los ejemplos más cercanos, destaca con dos llaves Akelarre, de Pedro Subijana, con vistas espectaculares del mar Cantábrico y que comparte espacio con sus tres estrellas de guía roja. Y por otro lado, con una, Marqués de Riscal, en Elciego, diseñado por el famoso arquitecto Frank Gehry, que cuenta con el asesoramiento gastronómico de Francis Paniego.