Una tortilla de patata siempre supone un momento de encuentro, tanto si se come en el hogar, en familia, o con los amigos, en los bares, en formato pintxo, o en el monte y partidos, en versión bocadillo. Por algo es el día señalado de la semana cuando toca llevársela a la boca. El lunes lo fue en la residencia Albertia, de la calle Vicente Goikoetxea de Vitoria, donde sus usuarios, en colaboración con el grupo Amutio, participaron en una charla y en un disputado concurso de tortilla, tal y como hicieron el pasado año.
La jornada, desde las cinco y media de la tarde, comenzó con una charla conjunta en la que se habló sobre el campo, las patatas y el trabajo que hay detrás de cada producto.
Y descubrieron que muchos de sus mayores ya lo sabían todo porque habían vivido de cerca el esfuerzo de la siembra, el valor de una buena cosecha y el sabor de lo hecho en casa.
Así, se vivió un momento de conexión sincera, donde los recuerdos de infancia, las historias de cocina y las vivencias del pasado se entrelazaron con naturalidad.
En este reel de Instagram se pueden ver más detalles.
CERTAMEN
Después, llegó el esperado concurso de tortillas de patatas, en el que nueve residentes, acompañados de sus familiares, se animaron a preparar sus versiones personales de esta receta tan emblemática.
Con cebolla o sin cebolla, poco hecha o bien dorada... cada tortilla fue única, como quien la cocinó. El ambiente fue festivo, cercano y lleno de complicidad.
Finalmente, el primer premio fue para Camino Echávarri, de 85 años, por su tortilla sin cebolla, "que hizo ella solita y también dio la vuelta".
“Desde la residencia nos hace especial ilusión ver cómo una actividad tan sencilla como cocinar puede despertar tantas sonrisas, conversaciones y recuerdos compartidos. El trabajo conjunto con Grupo Amutio se transforma en momentos que realmente dejan huella en nuestros mayores, y eso es lo que da sentido a nuestro día a día”, destaca Kontxi Barriga, responsable del Departamento de Animación Sociocultural de Albertia Vitoria.
“Como equipo, nos llevamos mucho más que una tarde compartida. Nos llevamos historias, gestos y emociones que nos conectan con lo esencial. En Grupo Amutio, creemos que el compromiso con la comunidad empieza por estar presentes, escuchar y participar. Este tiempo con los y las residentes nos ha recordado que lo cotidiano, cuando se vive con autenticidad, puede dejar una huella profunda”, señala Soraya Zarain, directora de Marketing&Comunicación de Grupo Amutio.
CARAS CONOCIDAS
El año pasado se celebró una jornada similar, por lo que reencontrarse con caras conocidas y el mismo espíritu acogedor de los mayores fue especialmente emotivo.
"Tanto el equipo de la residencia como el de Grupo Amutio vivieron con mucha ilusión el recibimiento de los residentes y el apoyo de sus familias", resumen.
La tarde concluyó con abrazos, sonrisas y el compromiso compartido de volver a encontrarse. Porque estos momentos nos recuerdan que lo esencial no está en lo grande, sino en lo auténtico: una receta compartida, una conversación sincera y una sonrisa que permanece.