"Desde que empezamos con la carrera, se nota que la gente conoce más Asamma, porque antes la gente no sabía lo que era esto”, destaca Marisol Díaz de Cerio, presidenta de agrupación alavesa de cáncer de mama y/o ginecológico, surgida en 1990, respecto a estas marcha solidaria cuya sexta edición tendrá lugar el próximo 19 de octubre, con un recorrido de cinco kilómetros desde Paseo Cervantes, con el reto de superar las 2.000 personas inscritas de su última edición.

Cuando ella tomó las riendas de Asamma, en 2009, calcula que habría unas 80 socias.

“Ahora estoy jubilada, pero en esa época, pude empezar a echar una mano porque tuve la gran suerte de trabajar de cuatro a diez de la mañana. Entonces, salía del trabajo, venía aquí y estaba con la secretaría. Cuando cogí la presidencia, había una subvención, para toda la asociación, pero, eso sí, no había actividades”.

Fue en ese momento cuando decidieron que su gente “necesitaba moverse y volver a la normalidad”.

Tabú

Así que a medida que les llegaron más ayudas, se fue proponiendo cursos deportivos, como taichí, yoga, zumba...

35 años después, Díaz de Cerio está orgullosa “de haber conseguido normalizar todo más”, que no sea tabú todo los que rodea al cáncer, “y que le quiten el miedo”.

“Todo esto empezó en Txagorritxu, en la consulta del doctor De Pablo, que era el jefe de Patología Mamaria, que comentó a sus pacientes que por qué razón no montaban una asociación para ayudarse entre todas y se reunieron unas cuantas y decidieron que sí, que lo iban a hacer”.

Local

Tras crear los estatutos y darse de alta en el registro de asociaciones del Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Vitoria cedió un espacio a sus primeras 45 socias, en el que poder reunirse, en Los Molinos.

“Tras enterarse de que en Pintor Vicente de Abreu había un local para varias asociaciones, lo pidieron y se lo concedieron para compartir despacho con otra agrupación. Ahora, el que tenemos es majo”.

En sus primeros días como presidenta, se percató de que cojeaban en ciertas cosas. “Por ejemplo, en psicólogo para familiares, que lo necesitan tanto o más que nosotras, porque ellos no saben cómo te sientes tú, ni saben cómo hablarlo contigo y también lo pasan mal”.

Así, surgió su servicio psicológico. “Incluso cuando llama una de las socias para decir que ese día no se encuentra con ánimo para acudir a una sesión, se ha presentado en su casa o han quedado para tomar café y con más de una, ha estado en Txagorritxu, para acompañarlas en su final”, recuerda.

Se hinchaba el brazo

Igualmente, se dieron cuenta de que a muchas se les hinchaba el brazo. “Hablamos con las de Linfedema y nos enteramos que era porque nos quitaban los ganglios. Y encontramos a Beatriz Yániz, que nos hace el drenaje linfático”.

Y fueron llegando más colaboraciones, como la de Marian Salazar, de Mac Estilistas, que también las “ayuda muchísimo”, con consejos, como que siete días antes de la segunda sesión empieza a caerse el cabello.

Lo hace de forma ligera, pero luego se va multiplicando. Y que, desde entonces, hay tres cuatro días máximo, para quitar el cabello o poner la peluca o lo que se haya decidido.

“Eso tranquiliza muchísimo, el saber qué va a pasar. Y tiene pelucas de todo tipo, con pelo corto... Para que veas, porque ahora mismo, nosotras tenemos un montón de las que nos han ido donando, pero antes, no”.

Además, en la carrera de Asamma contra el cáncer de mama, también se pone un stand para donar pelo. “También estuvimos unos años con el Instituto Mendizabala, con estudiantes del último curso de Peluquería, y nos hacían una especie de tratamiento, de hidratación o lo que necesitáramos. El fin de esta colaboración era que sus alumnas se acostumbraran a trabajar con mujeres que sufrían pérdida de pelo. En la actualidad, cuando nos donan una peluca, las llevamos allí para que nos las laven y se puedan volver a utilizar”, resalta.

Aunque, ahora, “ya nos nos señalan si queremos llevar pañuelo, que vienen mejor en verano, por ser más ligeros que una peluca, y que también tenemos donados”.

Celebración

35 años de Asamma que celebraron en mayo con la participación de los coros Haritz Hostoa Abesbatza y Kantaberri Abesbatza, así como con la poetisa Concepción Leonardo.

“Estas colaboraciones también simbolizan la unión de la comunidad en apoyo a mujeres que enfrentan el cáncer”, agrega. 

Seguirán brindando por ello el 13 de septiembre, en el bar Point, de Sancho el Sabio, 15, “donde vamos a hacer un vermú solidario”.