Pese a que era sábado y que hacía un sol que, por fin, ha logrado salir del sempiterno cielo encapotado de Gasteiz, alumnos de Dibujo Anatómico de la Escuela de Artes y Oficios, en colaboración con voluntarios y personas del Bizan, no han dudado en ponerse manos a la obra esta mañana para dar vida a un mural colaborativo en la cristalera del centro cívico Aldabe en el que los residentes de Coronación han tenido mucho que pintar.

Y es que, con motivo de la recuperación de las fiestas de Errota, gracias a sus dos asociaciones vecinales (Errota Anitza y Errota Zaharra) y en un espíritu de integración y de colaboración, en la cristalera del centro cívico Aldabe se han dibujado a 13 de sus residentes, de diversas edades y orígenes, con sus rostros y vestimenta actual, con el que se ha adaptado el cuadro Vuelta de la Romería del Calvario, del pintor alavés Ignacio Díaz de Olano.

Pintando a una de las personas que residen en Coronación

Propuesta del propio barrio

La propuesta, como explicaba la concejala de Centros Cívicos, Miren Fernández de Landa, que se ha pasado al mediodía para ver cómo iban dándole forma, surgió del propio distrito, en la Mesa Errota, un espacio de encuentro entre colectivos sociales, asociaciones vecinales y ciudadanía. Así, el equipo de zona de Aldabe ideó realizar esta iniciativa, bajo el lema Pinta las fiestas del barrio.

De esta manera, “habrá vecinos y vecinas que, a la vez, sean protagonistas del mural y artistas en su elaboración”, resumía la concejala, quien añadía que “el barrio de Errota se merece otra imagen, en la que prima la convivencia y el entendimiento”.

“¿Os parece que abotecemos el definitivo?”, preguntaba un cuarto de hora antes del mediodía el profesor de Dibujo Anatómico, Juan Arrosagarai.

Casting

Pero para poder plasmarlo en la cristalera, antes, se han necesitado otras dos fases previas.

La primera ha sido en la escuela, para proyectar el cuadro y encajar las medidas en la cristalera. “Y el boceto, que hemos recortado, nos ha servido de plantilla también para luego pasar los personajes a su tamaño y posición”, recordaba este docente.

Después, realizaron una fase con dibujos de la gente del barrio.

“Salieron 13 personas voluntarias del casting en el que solicitábamos dos chicas jóvenes, dos hombres... Y como vinieron, sobre todo críos, hemos adaptado todo a lo que vino. Esta niña india va a hacer este personaje -muestra señalando uno de los bocetos en papel-. Posó en esa posición y la dibujamos. Y este niño, que vino con la equipación del Barça, va a hacer este otro. Y esta mujer va a hacer a este señor del fondo de la derecha”.

Última fase del mural colaborativo

"Romería actual"

Gracias a ello, como destacaba entre risas Arrosagarai, se reflejará la “romería actual”, en vez de la del siglo XIX, que es cuando Díaz de Olano representó una fiesta popular, vinculada al regreso de los barcos a puerto, que se celebra el 14 de septiembre en la ermita de la Santa Cruz del Calvario en Mutriku, localidad guipuzcoana en la que el pintor solía veranear.

Y esta nueva versión, del siglo XXI, también rebosará ese ambiente festivo, pero en este caso el de las jaias de Errota, gracias a los rostros felices y rítmicos movimientos de sus 13 vecinos pintados por doce estudiantes: Iván, Carlo, Adela, Mila, Maider, Óscar, Iñigo, Urko, Álvaro, Raquel, Javi y Agurtzane, y un profesor (Juan).

“Carol, por ejemplo, es la número 2, es esta niña, y yo he hecho la 8”, precisaba.

Juan Arrosagarai pintando.

Lo más complicado ha sido justo este traslado de los bocetos que hicieron a esas posiciones y tamaños, “aunque también ha sido lo más chulo, porque es salir de Díaz de Olano y venir al siglo XXI, y que se mantenga más o menor el carácter de los personajes que han posado, para que ellos se reconozcan cuando se vean”.

Primero, con rotulador

Pasados once minutos de las doce del mediodía, ya tenían los relieves de las figuras en el cristal marcados con rotulador, “al ser más fino y porque permite corregir mejor”.

Así, en color marrón, asomaba un joven con gafas alzando su brazo derecho, en naranja la del profesor y en blanco, buena parte del resto.

Luego, con pinturas especiales para el cristal

“Va a a quedar muy bonito”, decía convencida la concejala nada más ver cómo iban quedando.

Con los botes.

A continuación, quedaba colorearlas. “¿Son pinturas especiales para el cristal?”, preguntaba Fernández de Landa.

“Eso hemos pedido. A ver si funcionan de verdad”, respondía el docente, que nada más acabar estas palabras, no paraba de buscar entre los botes del suelo: “Tenemos un problema: falta el color carne”.

“Pues los hacemos en beige”, solucionaba al instante uno de estos estudiantes.

“Para las 13.30 horas estará finiquitado o estamos muertos”, bromeaba este docente, tras lo mucho que calentaba el astro rey a esa hora y del que se pusieron bien a resguardo bajo una carpa blanca mientras daban ese nuevo lavado de cara a Coronación.