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Para ser un gran aita también hay que practicar

El taller municipal de Vitoria ‘Tejiendo cuidados, compartiendo crianzas’, solo para padres, cierra el viernes inscripciones

Para ser un gran aita también hay que practicarCedida

Cuando una pareja compra una casa, es de los dos. Y cuando tiene un bebé, también. Pero aunque de los dos también es la responsabilidad de sus cuidados, estos suelen recaer en una de las dos partes. En la de las madres, más bien

“Lo que pasa es que a la hora de adquirir un hogar, no hay tanto estereotipo. Y cuando uno emprende un proyecto empresarial, por ejemplo, nadie se plantea que tanto por ciento tengo que dedicar, sino que me tengo que hacerlo a fondo. Esto no consiste en que uno aporte al 50% y la otra parte el 50%, sino que cada uno aporte todo lo que cada uno tiene, que es el 100%, en todos los ámbitos de la vida que influyen en el crecimiento de los hijos e hijas”, argumenta Eduardo Portilla, especialista en Igualdad que impartirá tres de las cuatro sesiones de un taller exclusivamente dirigido para aitas denominado Tejiendo cuidados, compartiendo crianzas, que impulsa el Servicio de Educación del Ayuntamiento de Vitoria, y que se impartirá todos los jueves de marzo, de 16.00 a 17.30 horas, en la escuela infantil municipal Lourdes Lejarreta (Lakua).

Los interesados pueden apuntarse en la página web del Consistorio hasta el viernes.

Rol productivo vs reproductivo

La otra sesión restante la impartirá la abogada Irati Aizpurua para tratar temas más prácticos relacionados con el cuidado de menores como las licencias en el ámbito laboral, las ayudas económicas al cuidado… 

“Venimos con un carga sexista muy marcada, tanto hombres como mujeres, porque a lo largo de la historia se nos han adjudicado roles muy distintos. En general, a los hombres se nos ha adjudicado el ámbito productivo y a las mujeres el reproductivo, el de los cuidados”, subraya Portilla.

Por separado

Por esa misma herencia cultural, como dice, es importante que aitas y amas hagan este taller por separado.

Y en esto también hay diferencias porque mientras el de madres, que se está haciendo en febrero, ha agotado plazas, el de padres no termina de arrancar.

“Ellos suelen ser más reacios a participar en estos talleres, por esa tradición sexista. Por eso, está muy bien que haya estas iniciativas para que los aitas podamos expresar cómo nos sentimos. En este caso, es revisar tu paternidad y cómo vas a adquirir, gracias a la ayuda de otros padres, destrezas para que puedas establecer un vínculo estrecho y respetuoso con tus hijos y que permanezca a lo largo de la vida. Hay que tomar conciencia y creernos de verdad que debemos de ser coprotagonistas de la paternidad”, anima.

El roce hace el cariño

Pero aunque seguimos arrastrando sesgos de género, cree que se ha avanzado algo.

El aumento del permiso de paternidad de 16 semanas ha ayudado. El roce hace el cariño y si quieres ser bueno en algo, tienes que practicar. Y ahí está el permiso de paternidad como una primera práctica de asunción de responsabilidades. Cuando uno se pone en marcha, parte del camino está hecho, pero, obviamente, requiere renunciar al tiempo de ocio y personal. Y eso también se refleja en las estadísticas del Eustat, que los hombres gozamos de más que las mujeres cuando somos padres”, matiza Portilla.