Pese a que no hay nada más alejado del espíritu olímpico, violencia y deporte van de la mano en demasiadas ocasiones, muchas de ellas con el fútbol como excusa. Sucesos relacionados con agresiones a los árbitros, tanganas sobre el césped o peleas entre grupos de hinchas radicales, como la que evitó la Ertzaintza este sábado en la previa del Alavés-Espanyol, salpican la información relativa al deporte rey y, en menor número, de otras disciplinas deportivas.
Este sábado por la tarde se suspendía el partido entre el Marianistas 'A' y el CD Alegría de División de Honor tras una pelea en la que se vieron implicados jugadores y aficionados.
El partido, que en la ida se saldó con victoria por 2 goles a 3 para los vitorianos, se tuvo que suspender después de que futbolistas y personas del público se enzarzaran en una trifulca violenta que motivó la intervención de la Policía Local y de la Ertzaintza, identificando a algunos de los implicados sin que haya constancia de detenciones.
Según han confirmado fuentes municipales, durante el encuentro celebrado en el campo de fútbol del colegio Marianistas se produjo una agresión por parte de un aficionado a un jugador de uno de los banquillos. Como consecuencia de la agresión se produjo una pelea entre jugadores y algunos aficionados que llevó al colegiado a poner fin al duelo deportivo. Se desconocen más detalles sobre el incidente y el responsable del equipo vitoriano ha declinado hacer declaraciones.
Archivo: Pelea campal en Sansomendi
Se trata de un nuevo y lamentable episodio con el futbol más modesto como escenario de la peor cara de lo que no es deporte pero, desgraciadamente, lo acompaña en demasiadas ocasiones. En noviembre de 2023 se vivía una batalla campal en el campo de fútbol de Sansomendi cuando el encuentro entre el Lakua Vitoria y el Indautxu de Liga Vasca terminó con una agresión a un jugador y una pelea masiva de unas 100 personas.
El árbitro recogía entonces que "nada más finalizar el encuentro, jugadores de ambos equipos procedieron a empujarse y encararse los unos con los otros. Escasos segundos después, cinco aficionados saltaron al terreno de juego y empezaron a encararse con el portero del Indautxu y uno de ellos le propinó un puñetazo en el ojo al guardameta".
Derivado de este golpe y siguiendo estrictamente la versión arbitral, "esto hace que aproximadamente 50 aficionados de ambos equipos salten al terreno de juego y comience una batalla campal de unas 100 personas, en la que participan tanto jugadores como aficionados".
En esos momentos, la integridad del árbitro "no estaba segura" y tuvo que ser "acompañado hasta los vestuarios" por "algunos trabajadores del Lakua", el equipo que ejercía como local.
Minutos más tarde, las fuerzas de seguridad accedieron a las instalaciones deportivas de Sansomendi para controlar la situación y proceder a acompañar al colegiado hasta su vehículo para evitar "cualquier mal mayor".
El acta fue especialmente crítico con el padre de un jugador del Indautxu, expulsado de las instalaciones por el delegado del Lakua tras amenazar gravemente al colegiado. Este recogió en su acta insultos como "hijo de la gran puta", "me cago en tus muertos", "eres un casero de mierda" o "te voy a esperar a la salida".
Unos hechos lamentables que motivaron la repulsa de las instituciones alavesas, el Ayuntamiento y la Diputación Foral de Álava. El Indautxu, por su parte, también ha condenado la agresión sufrida por uno de sus jugadores y se pone a disposición de las entidades pertinentes "con la intención de depurar todas las responsabilidades para que un acto de esta índole no pase desapercibido".