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Dos de cada tres estudiantes del último curso de Primaria tienen teléfono móvil

Según un estudio de la UPV/EHU, los estudiantes de 11-12 años utilizan los ‘smartphones’ principalmente para hablar con sus familiares y amigos

Dos de cada tres estudiantes del último curso de Primaria tienen teléfono móvil

Según diversos estudios, en el primer curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), con 13-14 años, todos los alumnos tienen ya un móvil. Conscientes de ello, el equipo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Weablearner, dedicado al análisis de la educación y la tecnología, ha querido estudiar cómo es el ecosistema digital infantil un año antes, en el último curso de Primaria, para conocer qué dispositivos digitales utilizan a los 11-12 años y para qué los utilizan.

Y según las conclusiones de este análisis, en el que han participado 356 alumnos y alumnas de seis escuelas públicas de sexto de Educación Primaria, dos de cada tres afirman tener móvil y una tercera parte dice que ya lo tenía antes del comienzo de curso. 

Cartel de "Móvil Free Gunea", en el colegio Urkide de Vitoria

Sin generalizar

Para el investigador y profesor del Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Facultad de Educación de Bilbao, Eneko Tejada“no se puede decir que hoy en día esté generalizada la propiedad y el uso de teléfonos inteligentes entre niños y niñas de 11-12 años, pero sabemos que lo estará en un futuro próximo”.

Por eso decidieron hacer este estudio en esta edad, la cual cree que es “importante para investigar”, ya que, aunque la configuración de su cultura digital arranca antes, es entonces cuando empiezan a tener su propio móvil y cuando se produce el mayor cambio.

“Regalar un teléfono inteligente se ha convertido en un rito de acceso a una nueva etapa. Supone de algún modo el salto a la adolescencia, ya que se les da la llave para utilizar las redes sociales y, con ello, la entrada a un mundo paralelo. Esto es algo que preocupa especialmente a las familias y se ha extendido también un punto de vista tecnófobo. Por tanto, hemos querido analizar cuál es la situación realmente”, matiza Tejada. 

En cuanto a su uso, el estudio ha demostrado que utilizan los smartphones principalmente para hablar con la familia y los amigos: “Disponer de un teléfono inteligente supone empezar a utilizar directamente las redes sociales. Los progenitores regalan un móvil a sus hijos e hijas para comunicarse con ellos, para saber dónde están, etc. Pero deben darse cuenta de que ofreciendo un teléfono móvil facilitan el salto a las redes sociales, pues no los utilizarán únicamente para hablar con sus familiares. Los datos han demostrado que lo utilizan también para relacionarse con sus amigos y amigas. Por lo tanto, deben tenerlo en cuenta a la hora de decidir cuándo regalar un smartphone a sus hijos e hijas”, advierte.

Un niño usa el teléfono móvil y una tablet

Las más usadas

No obstante, subraya que los niños y niñas de 11-12 años no se sienten muy atraídos por redes sociales cuya función no sea exclusivamente comunicativa.

Esto significa que también utilizan esas plataformas, pero no tanto. Las emplean, sobre todo, para ver vídeos, fundamentalmente en Youtube, pero entran muy poco en Instagram y en Tik Tok.

“Las redes sociales no son aún uno de sus principales centros de interés y, a diferencia de alumnos y alumnas mayores, no se exponen demasiado. No se puede decir que interaccionen en dichas redes, pues son muy pocos los que generan contenidos. La mayoría se limita a ver los contenidos de otros y les gustan los vídeos cortos, que pueden verse rápidamente”, resalta.

Uso

En lo que al uso, el estudio revela la existencia de diferencias en función del género. Las chicas se dedican a ver vídeos en sus dispositivos móviles, mientras que los chicos juegan a videojuegos.

DECÁLOGO DE BUENAS PRÁCTICAS

Fundación Mapfre, Twitter (hoy llamada X) y PantallasAmigas, en el marco del proyecto SIC-SPAIN 2.0, impulsaron en 2021 una campaña de buenas prácticas para educar en familia con el ejemplo en el uso seguro y saludable del móvil, en la que se recoge un decálogo al respecto.

En concreto, el primer punto del decálogo es el de publicar y compartir “de manera razonable y no compulsiva”, esto es, reflexionar antes “si merece la pena, es necesario o afecta a otras personas”.

En segundo lugar, hay que preocuparse por las condiciones de seguridad y privacidad. “Usa protección contra el malware y evita redes públicas abiertas”, aconseja.

El tercer punto del decálogo consiste en cuestionar si se sabe recuperar la información o bloquear el terminal si se pierde, ya que “a cualquiera le puede pasar, en cualquier momento”.

El cuarto es el de establecer momentos de desconexión y respetarlos. Por ejemplo, “las horas de la comida pueden ser muy adecuadas”.

El quinto es evitar utilizar software ilegal. “Es una forma de mostrar respeto por los límites y cuidado de la ciberseguridad”.

El sexto es que cuando se hable con alguien cara a cara, hay que olvidarse del móvil. “El trato directo y personal es importante y merece plena atención”.

El séptimo punto es el de impedir que las notificaciones marquen el ritmo de tu vida. Así, “aunque puedas estar en línea, no muestres obligación ni ansia por atenderlas”.

El octavo consiste en priorizar las experiencias en directo, sin la mediación de pantallas: “Estimula el disfrute del momento con todos los sentidos”.

El noveno es el de prescindir del móvil mientras se realizan actividades de riesgo, para evitar distracciones.

Por último, poner en valor el buen rollo en Internet: “Aporta, busca y premia las buenas vibraciones y las relaciones basadas en el respeto y la convivencia positiva”.

Los investigadores de la UPV/EHU afirman que, si bien han detectado pocos factores de riesgo, conviene ser prudente: “Hay que desarrollar planes estratégicos para promover un uso seguro y responsable de Internet, de redes sociales y de videojuegos. Y hay que dar pautas a las familias para ayudarles a decidir cuándo ofrecer un smartphone a sus hijas e hijos”