El Consejo de Gobierno Foral ha dado luz verde a desarrollar la primera fase del proceso de modernización del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS). Por un lado, la Diputación alavesa ha aprobado la reforma de la estructura organizativa del ente gestor de los servicios sociales para mejorar su funcionamiento interno y, por otro, la creación de una nueva área de Inclusión Social y Violencia Machista.
Este nuevo departamento dentro del IFBS tiene un doble objetivo: “dar el protagonismo debido a las políticas de lucha contra la violencia machista y de atención a las mujeres que la sufren e impulsar los servicios dedicados para la inclusión social”, en palabras el propio ente foral.
Modernizar la estructura
Los servicios sociales dan inicio así a un plan para modernizar su estructura organizativa que permitirá una atención a las personas usuarias “más ágil, eficaz y coordinada”, así como mejor adaptada a las necesidades de los cuidados de larga duración”.
La constante evolución de la sociedad en las últimas décadas respecto de temas importantes como la violencia de género o la inclusión social ha originado avances en estas materias tanto sociales como legislativas, con la aprobación de diversas leyes que inciden directamente tanto en la terminología como en las pautas de actuación y los procedimientos de intervención.
Todo ello ha llevado a la Diputación, a propuesta del Departamento de Políticas Sociales que dirige Gorka Urtaran, a reformar la organización estructural y el funcionamiento del IFBS para poder proporcionar la mejor respuesta a estos colectivos, a los cuales se les ha prestado atención hasta este momento desde el Área foral de Intervención Social.
La nueva estructura organizativa del organismo autónomo se desarrollará de forma progresiva a lo largo de esta legislatura. Entre otras medidas, pasará del paradigma de organización interna dividida por la edad de la persona o la contingencia –esto es, por si la persona atendida es mayor o sufre una discapacidad, por ejemplo–, a estructurarse en función de la intensidad de la atención y del tipo de recurso necesario para una respuesta adecuada a los cuidados de larga duración.