Un narco utiliza el manillar de su bicicleta para esconder la droga

El tráfico de drogas también entiende de procesos de I+D+i, para reinventarse y lograr poner su producto en la calle. El último ejemplo de esta circunstancia se vivió en las calles de Coronación, donde agentes de la Policía Local de la capital alavesa descubrieron cómo un camello ya entrado en años gestionaba el estupefaciente que ponía en la calle a través de un método, cuanto menos, novedoso.

En concreto usaba los huecos tubulares del manillar de una bicicleta para esconder las sustancias en venta. Lógicamente, la patrulla que observó el modus operandi puso punto, y seguido a una manera pionera de evitar la presión policial, ya que el sospechoso es un viejo conocido del cuerpo policial por dedicarse al tráfico al por menos, entre otros antecedentes.

En concreto, tal y como han indicado este miércoles portavoces del citado cuerpo policial a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, varios agentes detuvieron el pasado martes a un varón de 62 años como presunto autor de un delito de tráfico de drogas.

Según refleja el comunicado remitido por el Ayuntamiento gasteiztarra, los hechos ocurrieron sobre las 16.45 horas cuando una patrulla se percató de la presencia de un varón que habitualmente acepta artículos sustraídos en comercios de la zona y que está relacionado con el menudeo de drogas.

Al realizar un seguimiento del mismo observaron cómo accedía a un establecimiento hostelero en el que ya se había intervenido en otras ocasiones por hechos relacionados con el tráfico de drogas.

Los agentes pudieron observar cómo se producía un intercambio entre el varón y el camarero del local. Una vez en el exterior se observó al varón manipular el manillar de su bicicleta. Cuando agentes de apoyo intervinieron metros más adelante con el sospechoso encontraron cierta cantidad de droga.

A mordiscos con los agentes

Paralelamente se intervino en el establecimiento donde se produjo presuntamente la transacción. El camarero del mismo mostró una actitud nerviosa y beligerante con los agentes, que observaron cómo el citado escondía en el interior de su boca y bajo su lengua portaba algún tipo de envoltorio.

Ante las sospechas de que pudiese tratarse de sustancia estupefaciente le instaron a que la entregase. El varón lejos de colaborar acometió violentamente contra los agentes mordiendo y golpeando a varios de los actuantes.

A la vista de los hechos, los agentes detuvieron al sospechoso.