Todo ocurrió el sábado pasado en Vitoria. En plena celebración del Oktoberfest, cientos de personas abarrotaron los bares de Salburua desde las siete de la tarde.
Los locales, que estaban llenos dentro, también tenían las terrazas a reventar de gente con muchas ganas de probar las salchichas y los pintxos especiales que habían preparado los hosteleros de la zona.
Sobre las diez de la noche se produjo una acalorada discusión fuera de uno de estos establecimientos de Salburua.
En uno de los parques infantiles del Paseo de Estrasburgo, un perro suelto provocó una situación muy incómoda que acabó con una bronca entre dos grupos.
Mientras que una familia había dejado a su mascota suelta en el parque infantil, que corría junto a unos niños, otro grupo se había acercado hasta uno de los bancos del parque para apoyar ahí las bebidas y los pintxos por la falta de mesas libres en el interior y en la terraza.
El problema se produjo cuando el perro "se coló en el grupo" y sin que les diera tiempo a reaccionar, bebió de los vasos que estaban en el banco apoyados y chupó algunos de los pintxos.
Ante a la incredulidad de lo que estaba pasando, el enfado fue creciendo a medida que el perro seguía allí, sin que nadie se hiciera cargo.
"Sin ningún tipo de disculpa"
Hasta que la dueña apareció y cogió al animal, pero "sin ningún tipo de disculpa por su parte", lo que provocó, tal y como han contado a DNA testigos del suceso, "un cabreo monumental entre los clientes que se habían quedado sin las bebidas, ni los pintxos".
Estos le recriminaron a la dueña en varias ocasiones que "eso no podía pasar, que el perro debería estar atado" al estar en un parque infantil y con tanta gente en la calle como ocurrió el sábado pasado.
Sin embargo, los dueños no lo veían así, y no entendían por qué tenían que tener a su mascota atada.
La ordenanza municipal es muy clara
Revisando la ordenanza municipal sobre el tema, es muy clara al respecto:
Cuando vayan sueltos en las zonas permitidas para ello, las personas propietarias de esas mascotas estarán siempre obligadas a mantener el control sobre los animales, manteniéndolos a la vista y a una distancia que permita su intervención para evitar posibles molestias o daños a los demás.
De la misma forma, queda terminantemente prohibido el acceso de los animales a las fuentes de agua potable situadas en la vía pública y la presencia de animales en las zonas de juego infantil, tales como columpios, toboganes y demás atracciones para niños y niñas.
Controlados y con cadena o correa
Tal y como establece la Ordenanza Municipal Reguladora de la Protección y Tenencia de Animales, los perros deben estar controlados y sujetos mediante cadena, correa u otro sistema adecuado, de una longitud máxima de dos metros, en vías, parques y espacios públicos urbanos.
No obstante, esta ordenanza establece, en su artículo 11, que mediante decreto se establecerán las zonas acotadas de la ciudad en las que los perros no clasificados como potencialmente peligrosos podrán estar sueltos.
Así, mediante Decreto de Alcaldía del 9 de octubre de 2017, se establece que "los perros, salvo los potencialmente peligrosos que deberán ir atados siempre, podrán estar sueltos únicamente en las zonas verdes", con algunas excepciones en entornos verdes muy transitados.
Estas zonas verdes donde todos los perros deben ir atados son:
-Parque de la Catedral.
-Zonas ajardinadas del Campus de la Universidad (salvo los jardines María de Maeztu).
-Parque del Prado.
-Parque de La Florida (incluido el Jardín Secreto del Agua).
-Aquellas zonas incluidas en la Red Natura 2000: Salburua, Zadorra, robledales Isla de la Llanada alavesa y Montes Altos de Vitoria.
Asimismo, los perros "no podrán estar sueltos durante la celebración de diferentes festividades y eventos en las zonas verdes permitidas", por su propio bienestar.
Del mismo modo, en el Anillo Verde (Salburua, Zabalgana, Olárizu, Armentia y Zadorra), debido a la interferencia con las especies salvajes, los perros deberán ir atados excepto en las zonas específicamente señalizadas.