Tras dos años de un tedioso peregrinaje burocrático, los taxistas de Vitoria podrán instalar, por fin, de forma inminente cámaras de seguridad en sus vehículos a modo de medida disuasoria ante posibles impagos y “para dar fe” de lo que pasa en el interior del vehículo, dado que las grabaciones les servirán para dejar constancia de posibles agresiones, como las dos físicas que ya han sufrido en lo que llevamos de año. De esta manera, sus denuncias irán más allá.
No en vano, la presidenta de la asociación alavesa del gremio, Ana Herrero, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que tras haber aclarado las últimas consultas al respecto, este mismo viernes envió una nota interna “para que todos los profesionales sepan cómo deben de hacer este proceso”.
Dos formas
Una vez recibida, los titulares de la licencia de taxi podrán poner si quieren, puesto que este proceso es totalmente voluntario, este sistema de videovigilancia en sus vehículos.
Para ello, habrá dos formas, como precisa la presidenta de la Asociación Alavesa del Taxi: instalándolos ellos mismos o subcontratándolo a una empresa que se encargue de su colocación y de la custodia de los datos. Sea cual sea la opción que se elija, los taxistas tendrán que pagarlo de sus propios bolsillos.
En cuanto a los costes de instalar las cámaras, “hay de todo”, ya que la compra de la cámara puede oscilar entre 150-300 euros, pero los hay superiores, “porque hay cámaras con discos duros externos que superan ese importe. Hablamos ya de 500-600 euros”.
Pero si se opta por subcontratarlo, “al coste de la instalación, que, dependiendo de la empresa, oscila entre los 600 y 1.000 euros, hay que sumar el coste mensual, que puede ser de 40, 50, 70 euros...”.
"Interesados son todos los que han tenido problemas"
Herrero, de momento, no puede dar cifras exactas de cuántos de los 194 taxis que hay con licencia en Vitoria podrían colocarlas, pero tiene la certeza de que “interesados son todos los que han tenido problemas. Eso ya te lo adelanto”.
Es por eso mismo, como añade, “que ya hay profesionales del gremio que ya tienen la cámara comprada y que están pendientes de que envíe la nota informativa para que sepan cómo tienen que proceder”, destaca.
Piedras y coches rajados
Y es que “estamos teniendo problemas, entre amenazas, agresiones... En fiestas de Arana nos lanzaron un objeto desde una vivienda que produjo un agujero en el taxi. En otra ocasión, por el Parlamento Vasco, nos lanzaron una piedra con un cliente dentro... Este año llevamos dos agresiones físicas a taxistas y hay más cosas: patadas a las puertas, con los bollos que genera, rotura de retrovisores, nos han rajado algún interior de los vehículos con un cuchillo...”.
Herrero, no obstante, quiere puntualizar “que muchos problemas de los que suele haber los sábados por la noche, son por culpa de cuatro, pero sí que es cierto que repercute en el resto de la gente que hace un buen uso del servicio”. Porque por esos “cuatro y esos problemas que estamos teniendo”, les ha llevado “a que no queramos salir por la noche”.
Pero eso sí, como vuelve a matizar, se trata de “un día puntual” de la semana: el de la noche del sábado al domingo, para ser exactos, y de unas pocas horas, las de las más conflictivas (de 4.00 a 7.00 horas) “porque taxis hay siempre: los 365 días del año”.
Como en los comercios
Ante esta falta de seguridad, los profesionales de Gasteiz hace un par de años que empezaron a demandar que pudieran instalar cámaras, una iniciativa de la que en 2017 fue pionera Málaga, y a la que posteriormente, se unieron otras ciudades, como Barcelona, en este mismo 2024.
Al final, en Gasteiz, como recuerda, el proceso se ha alargado un par de años “porque no teníamos una respuesta clara” de si podían instalarlas o no, por ese conflicto con la protección de datos.
Finalmente, la justificación para instalar estos dispositivos en los taxis puede resumirse en que no es muy diferente a la de los comercios, ya que es la de “preservar la seguridad de personas y bienes”. Por tanto, esta videovigilancia funcionará cómo la que ya hay colocada en tiendas, cuyas grabaciones se usan, entre otros, para evitar robos.
En cualquier caso, Herrero hizo una consulta, en nombre de la asociación, a la Agencia de Protección de Datos que, según explicó, lo que se graba en los taxis se consideraban de “escaso riesgo”.
De obligado cumplimiento
Si bien, a la hora de implantar estos sistemas de videovigilancia hay que cumplir con ciertas condiciones de obligado cumplimiento. En primer lugar, que cada titular de la licencia de taxi tiene que darse de alta en dicha Agencia.
El vehículo, además, tiene que ir debidamente identificado para avisar a los clientes de que es una zona videovigilada. Esto en la práctica significa que deben de poner el clásico cartel amarillo con el dibujo de una cámara, el mismo que se puede ver en otros transportes públicos, en un lugar totalmente visible, que en este caso, son los dos laterales.
Otro de los requisitos para poder instalar este sistema de videovigilancia es que todas las grabaciones pueden guardarse un máximo de 30 días desde su obtención y nunca difundir las imágenes.