En una ciudad cuyo tranvía ofrece un eje norte-sur y otro este-oeste, diez líneas de autobús urbano, 180 kilómetros de bicicarriles, y una dificultad cada vez mayor para desplazarse en vehículo privado, con la inminente amenaza, además, de la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, tener un coche aparcado en el garaje es cada vez más una rémora que una ventaja. Si a ello se añaden el incremento del precio de los automóviles, los gastos que generan, entre ellos los seguros o el Impuesto de Vehículos, la posesión de un vehículo privado adquiere la categoría de lujo, y a ello hay que añadir la incertidumbre entre quienes desean hacerse con un coche ante la aún insuficiente red de abastecimiento eléctrico, las etiquetas eco y los vaivenes en el precio de los carburantes.

Por ello no es de extrañar que en uno de cada cuatro hogares de la ciudad ya no haya coches en el garaje. Efectivamente, el 24,7% de las familias de la ciudad carecen de vehículo, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. Más de la mitad de estos 26.446 hogares, 14.466, los conforma una sola persona, pero es que además 3.325 familias monoparentales tampoco tienen coche, 4.269 son parejas sin hijos y 2.203 son familias con hijos.

Un coche por familia

En todo caso, lo más habitual sigue siendo que en los hogares vitorianos haya un vehículo privado. Es así en el caso de 53.639 familias de la ciudad. Otras 22.513 tiene dos coches, y 4.282 tienen tres o más vehículos en el garaje. Entre todas acumulan un parque móvil municipal de en torno a 120.000 turismos y más de 15.000 motocicletas.

Las razones

Son varios los motivos que concurren para explicar que la población vitoriana recurra cada vez menos al coche privado para desplazarse por la ciudad. A la disponibilidad de transporte colectivo, los impuestos, el precio del carburante y las dificultades para circular por Gasteiz se suma un cambio cultural en la juventud, constatado ya hace años, en 2014, en un estudio de la consultora KPMG. En el informe se señalaba que las personas menores de 25 años no sienten necesidad de ser dueños de un vehículo, una tendencia más acusada en los grandes centros urbanos, donde hay más facilidades para moverse en transporte público. “La llamada generación del milenio parece menos interesada en adquirir bienes tradicionales como casas y coches; prefiere comprar teléfonos móviles, dispositivos tecnológicos y ropa”, detallaba el informe.

Además, en los últimos años hay nuevas fórmulas para viajar, como el carsharing o vehículo compartido, que gracias a las aplicaciones móviles permite alquilar plazas en un coche de forma casi instantánea para desplazamientos concretos. La población joven, en ese sentido, está mucho más abierta a hacer uso de estas posibilidades que la gente más mayor, acostumbrada a la cultura del coche en propiedad. A ese cambio cultural en los jóvenes se suma además que mucha de la población inmigrante que ha llegado a la ciudad no tiene el hábito o la posibilidad de contar con vehículo propio, y que aumenta la conciencia ambiental en el conjunto de la población.

Coche no, permiso sí

Que cada vez haya menos coches por familia no significa, en todo caso, que la ciudadanía carezca de permiso de conducción, otra cosa es que cada vez se le dé menos uso. Así, según el último Censo de Conductores de la Dirección General de Tráfico, en Álava hay 193.801 conductores, 111.678 de ellos hombres, por 82.123 mujeres, para una población total de unos 320.000 habitantes, un 60% del total. El número de personas capacitadas para ponerse al volante de un coche es similar al de La Rioja (188.160 conductores para 315.000 habitantes), Lugo (213.492 en un censo de 300.000 personas), Ourense (188.010 conductores en una provincia de 310.000 habitantes), o Salamanca (199.039 para un censo de 330.000 personas).

Nada que ver con Madrid (3.709.068 conductores), Barcelona (3.099.028), Valencia (1.562.855) o Sevilla (1.160.087 conductores), si bien a la hora de comparar estos datos con la población de estas provincias los porcentajes son similares a los de Álava. En todas partes entre el 55% y el 60% de la población tiene carnet de conducir. En total en el Estado español hay 27,6 millones de conductores, 15,6 millones de hombres y 11,9 millones de mujeres.

Parque de vehículos

En relación al parque de vehículos, según la DGT en España hay poco más de 25 millones de turismos, más otros 4 millones de motocicletas, una cifra que ha ido aumentando paulatinamente desde 1990, cuando no se llegaba a los 12 millones de coches, y que se estancó en los años de la crisis económica. En 2008 descendió por primera vez en la serie histórica el parque móvil de turismos en el Estado, y las cifras no volvieron a crecer de forma sostenida hasta 2016-2017, cuando por las carreteras circulaban 23,5 millones de coches.

El año 2023, un ejercicio de récord de viajeros para Tuvisa

Tuvisa, la sociedad municipal de autobuses de Vitoria, cerró el ejercicio 2023 con un total de 16.567.625 viajeros, un récord absoluto que superó en un 2,2% el alcanzado en 2019, antes de la pandemia. En apenas tres años se logró duplicar el total de viajeros de 2020, cuando se produjo el lógico desplome de uso causado por las restricciones a la movilidad.


Además, el BEI, cuya implantación acarreó una fuerte oposición en buena parte de la población, circula a día de hoy por la línea más usada con diferencia. El Bus Eléctrico Inteligente alcanzó en 2023 1.575.880 usos más que el máximo histórico de 2019, para sumar la quinta parte de los viajes en autobús urbano durante el año pasado.


Le siguen la L4 Lakua-Mariturri y la L6 Zabalgana-Arkaiate. Las dos primeras superaron claramente los niveles de uso prepandemia junto con la L3 Betoño-Zumaquera. Esta última línea rebasó en diciembre la barrera de las 50.000 personas usuarias, presumiblemente gracias al incremento progresivo de población en Goikolarra.


Otro crecimiento destacado es el del servicio BUX (el servicio de transporte colectivo a demanda que conecta con los concejos municipales con Vitoria), que cerró 2023 con 12.473 usos, un incremento del 25,32% respecto a la anterior cifra máxima anual.


El año pasado fue también el de la generalización de la tarjeta BAT bonificada que permite el transporte gratuito para menores de 12 años, una fórmula que contabilizó cerca del millón de viajes en un año.

En relación a las matriculaciones anuales, ascienden a cerca de un millón en el caso de los turismos y a 190.000 en el de las motocicletas.