Ayer se celebró la décima edición de TEDxVitoriaGasteiz. Tuvimos a 15 oradores sobre el escenario del Palacio de Congresos Europa y, mientras escribo estas líneas, unos días antes de que el evento tenga lugar, ya sé cuál va a ser el resultado de las charlas.
No tengo dotes de adivina, pero trabajo durante meses con las y los ponentes para preparar sus intervenciones, así que sé lo que van a decir y cómo lo van a decir antes de que salgan al escenario.
Porque hablando de charlas, quien dice escenario dice junta de la comunidad de vecinos, reunión de trabajo, presentación de proyecto a cliente o cualquier otra oportunidad de hablar delante de otras personas que podamos tener. Las charlas se preparan de la misma forma.
Y es que, por mucha experiencia que tenga un orador, cada charla es un mundo y cada una de ellas requiere preparación.
Pero vamos a ver cómo es este proceso de confección de una charla y cuáles son los indicadores para que ésta tenga éxito. Porque lo que habitualmente vemos es solo la punta del iceberg: a la persona hablando con más o menos éxito.
¿Qué es lo que no vemos?
Tiempo de preparación Las charlas no se crean por ciencia infusa. La elocuencia se trabaja. Dice Nancy Duarte, experta en oratoria, que para preparar una charla de una hora con 30 diapositivas, el tiempo que deberemos invertir oscila entre 36 y 90 horas.
Doy fe de ello. Si voy a hablar de un tema que conozco mucho y no tengo que investigar demasiado, serán menos horas. Si es una presentación sobre un tema del que hablo por primera vez, serán más.
Los ponentes de TEDxVitoriaGasteiz han estado preparando sus charlas durante los últimos 6 meses.
Investigación ¿Hay estadísticas recientes o alguna información novedosa sobre el tema del que vas a hablar? ¿Hay algún argumento en contra? ¿Qué es lo que tu audiencia quiere conocer sobre el tema del que vas a hablar? ¿Qué quieres que piensen y sientan cuando acabe tu presentación?
Investigar te llevará aproximadamente un 20% del tiempo total de preparación de tu charla. Más si incluimos también la investigación mínima que deberás hacer sobre tu audiencia y el filtrado de las ideas que has ido recopilando. Y esto antes de ponerte a escribir.
Guión
Las charlas son miniactuaciones. Para dar una charla hay que trabajar un guion como si fuera el cine o el teatro.
En TEDxVitoriaGasteiz trabajamos con guiones a 2 columnas. En una columna se escribe el texto y en otra se indican los gestos que se harán y las diapositivas que corresponden con ese texto.
Y se escribe con lenguaje oral, el que usamos cuando hablamos. Nada de frases subordinadas o palabras complejas.
Maldición del conocimiento
Este sesgo cognitivo hace que cuando sabemos mucho sobre un tema perdamos la noción de lo que la gente que no sabe sobre este tema conoce.
Y así, corremos el riesgo de sonar demasiado técnicos y de que nuestros interlocutores no nos entiendan.
En caso de duda, debemos buscar el feedback de alguien que no esté en nuestro entorno para que nos diga si se entiende.
Versiones de la charla
No conozco ninguna charla que salga perfecta a la primera. Ni siquiera las personas que nos dedicamos profesionalmente a escribir escribimos del tirón y nos queda perfecto.
Así, una charla se escribe, se deja reposar, se vuelve a ella, se añaden figuras retóricas (ya sabes, anáforas, epíforas, metáforas, polisíndeton y asíndeton y todas esas que estudiábamos en Lengua), se trabaja en la introducción, en la conclusión, se pulen detalles… y así, hasta que queda como queremos. De la primera versión a la última pueden ir hasta veinte… O más…
¿Hay estadísticas recientes o alguna información novedosa sobre el tema del que vas a hablar? ¿Hay algún argumento en contra? ¿Qué es lo que tu audiencia quiere conocer sobre el tema del que vas a hablar?
Preparación diapos
Esta parte evidentemente no aplica para todas las charlas que hagamos pero en algunos casos deberemos preparar diapositivas.
Ensayos
Cuando todo lo anterior esté listo, será el momento de ponernos a ensayar. ¿Memorizando? Pues yo soy más fan de que sí que de que no. Si Rosalía puede aprenderse las 2 horas de sus conciertos en letras de canciones y coreografías, todos podemos hacerlo.
Los ensayos van a ser alrededor de un 10% del tiempo total. Más si la charla es muy larga.
Ensayando vamos a terminar de pulir el texto, cuando nos demos cuenta de las expresiones que habladas no suenan del todo naturales en nosotros. La charla estará lista cuando seamos capaces de decirla y batir huevos o planchar a la vez. Significará que la hemos integrado, como hemos integrado el Zorionak zuri.
Si un ponente trabaja la charla durante tiempo, hace una buena investigación, escribe y reescribe un buen guion y ensaya durante semanas, el éxito de la charla, no hace falta ser adivina, está garantizado.