Nahia vuelve a contar con su intérprete que tanto necesita.
Tras unas semanas de baja, ha vuelto al instituto donde estudia la joven de Vitoria la intérprete de lengua de signos.
Nahia tiene 15 años y arrastra el mismo problema desde el principio de curso. Su familia y ella misma están desesperados por "la situación de desventaja que vive".
"Es muy triste y angustioso tener que depender siempre de que la intérprete no se coja la baja, porque la falta de accesibilidad continúa dificultando la igualdad de estos estudiantes", explica a DNA Blanca, la madre de Nahia.
Una familia de Vitoria que no se rinde, que pelea por el derecho de Nahia en lo que ya consideran "una carrera de fondo", por los alumnos y alumnas sordas que no tienen garantizado el derecho a recibir todos los días las clases en su lengua, la lengua de signos.
Tienen claro que lo que necesita Nahia, si su intérprete está de baja, es que le garanticen un sustituto.
Porque Nahia es una persona sorda signante, y utiliza la lengua de signos para comunicarse con otras personas.
"Dos pedagogas no son la solución"
Sus padres, Blanca y Peio, explican a DNA que es al Departamento de Educación del Gobierno Vasco al que le corresponde encargarse de la sustitución.
Al principio de curso le sucedió lo mismo a su hija. Desde el 23 de noviembre, Nahia no pudo contar con la intérprete de lengua de signos que le ayuda todos los días en el instituto de Lakua donde estudia.
El centro público le asignó una intérprete al inicio del curso, pero enfermó y estuvo de baja hasta finales del mes de enero, cuando regresó al aula.
Con el problema al principio de curso, la solución, tal y como explicaban entonces, fue que desde el Gobierno Vasco le asignaron dos pedagogas terapéuticas que conocen la lengua de signos, pero "así no se solucionó nada".
Al parecer, en la Bolsa de Empleo no había nadie para poder sustituir a la intérprete de lengua de signos, y desde el Gobierno Vasco optaron por dos pedagogas terapéuticas, que tal y como denunciaba esta familia de Vitoria, "no están formadas para interpretar, por lo que Nahia no puede seguir las clases como sus compañeros durante semanas".
La reivindicación de Nahia es simple: contar con una intérprete de lengua de signos durante todo el curso para que le ayude en el instituto y poder tener igualdad con el resto de sus compañeros.
¿Quién es y qué hace un intérprete de lengua de signos?
El intérprete de lengua de signos es aquel profesional que actúa como puente de comunicación entre dos lenguas, la lengua de de signos y el lenguaje oral, y entre dos culturas, la comunidad sorda y la de las personas oyentes.
Desde la Fundación Pere Tarrés explican que transmite el contenido del mensaje que interpreta de una manera fiel, exacta y apropiada, favoreciendo una comunicación completa.
Y es que el intérprete siempre se adapta en cada caso a las habilidades comunicativas de los estudiantes sordos y, por esta razón, también interpreta cuestiones anecdóticas y las intervenciones que se dan en el aula, haciendo partícipes en todo momento al alumnado y al profesorado.
Educación con igualdad de oportunidades
Los padres de Nahia y ella misma saben cuál es la solución: hay que formar a intérpretes de lengua de signos en Euskadi y con buenas condiciones laborales.
Ante la falta de una solución por parte de Educación, el enfado de esta familia es notable con las instituciones por "su falta de empatía y falta de actuación" frente a la situación de vulnerabilidad de su hija.
Y lo tienen claro, seguirán con su lucha para que la Administración vasca se encargue de que haya una intérprete a lo largo de todo el horario escolar para que Nahia pueda entender todos los contenidos impartidos en el aula.
Porque saben que es "imprescindible garantizar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a la educación, pero no a cualquier educación, sino a una educación de calidad con igualdad de oportunidades".
Esta familia de Vitoria seguirá su lucha por romper barreras de comunicación y por garantizar una normalización en dos aspectos clave: el uso de la lengua de los signos y la presencia del intérprete en el aula todos los días.