Nahia tiene 13 años y vive en Vitoria. Como todos los más pequeños ha escrito estos días una carta a los Reyes Magos.
Una carta muy emotiva en la que pide tres cosas porque, según explica, "este año se ha portado muy bien".
En primer lugar, Nahia, que sufre una epilepsia infrecuente, desea una intérprete de lengua de signos "para que le ayude en el colegio y poder tener igualdad con el resto de sus compañeros".
El segundo deseo que ha escrito en su carta es poder contar con una profesora que sepa lengua de signos, y "poder adquirir así mejor los conocimientos".
Y por último, a esta joven vitoriana le gustaría tener la asignatura de lengua de signos, para que "todos los niños y niñas de su colegio puedan comunicarse con ella".
El caso de Nahia
Después de varias pruebas, los médicos concluyeron hace unos años que lo que tenía Nahia era una Encefalopatía Epiléptica con POCS.
Durante la noche, en el momento que se dormía, un electroencefalograma mostraba descargas que le afectaban, esto generaba una alteración en el cerebro que dañaba al área del lenguaje y no le dejaba adquirirlo, lo cual ha provocado en Nahia unos daños irreversibles, concretamente sordera cortical.
En medio del sueño aparece un infrecuente estado epiléptico eléctrico denominado ESES, cuyas duras consecuencias no acaban al despertarse.
Actualmente la familia de Nahia se comunica con ella mediante lengua de signos. Tiene 13 años y está estudiando Primero de la ESO en Vitoria.
Sus padres Blanca y Peio solicitan a la Administración una intérprete de signos a lo largo de todo su horario escolar para que Nahia pueda entender los contenidos impartidos.
Tal y como explican, "en el colegio tuvo un recurso de ILSE en cuarto, quinto y sexto de Primaria (Servicio de Intérprete de Lengua de Signos) para adquirir conocimientos, pero en la actualidad se lo han retirado y le han puesto un mediadora comunicativa, cuyos conocimientos en lengua de signos son mucho menores, y consecuentemente su evolución educativa no va a mejorar".
Sus padres piden ayuda para difundir la necesidad de una intérprete para Nahia, ya que "además de nuestra hija, hay otros niños y adolescentes sordos signantes que están sufriendo de privación lingüística".