La capital alavesa vive este lunes la tercera jornada de paros indefinidos en la red de autobuses de Tuvisa, concretamente en el primer día laborable con servicios mínimos fijado en el 30%. En este sentido, se le ha otorgado prioridad a las líneas que carecen de transporte alternativo o que tengan por destino centros sanitarios.

Fuentes del comité de empresa han indicado que la huelga de hoy ha vuelto a lograr un seguimiento del 100 % entre los conductores, quienes han vuelto a protagonizar una caravana de coches por el centro de la ciudad a golpe de bocina y con carteles que indicaban "Tuvisa borrokan" como señal de protesta.

El impacto ha sido notorio entre los usuarios gasteiztarras, especialmente a la hora de entrada y salida de los centros de trabajo. Sin embargo, tal y como han señalado en un breve comunicado, está previsto que ese impacto sea aún mayor durante los próximos días, ya que los centros escolares no han abierto este lunes debido a la celebración de carnaval.

"El tranvía no llega a todas partes y, el BEI tampoco, entonces los que vivimos en barrios como Zabalgana, no tenemos más opciones"

Aún y todo, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha salido esta mañana en busca de usuarios de autobús que se hayan visto afectados por los servicios mínimos. Blanca Graciante, vecina del barrio de Zabalgana, llevaba cerca de media hora esperando en una de las marquesinas de la Catedral Nueva la llegada de su autobús de la línea 6 para regresar a su casa. "El tranvía no llega a todas partes y, el BEI tampoco, entonces los que vivimos en barrios como Zabalgana, no tenemos más opciones", ha comentado.

La veterana ha tachado de "vergonzosa" la gestión que está realizando el gabinete de Etxebarria en relación a los paros y movilizaciones de Tuvisa, que comenzaron en diciembre de 2023. "Creo que lo hacen para fastidiar a los ciudadanos porque los que tienen razón son los trabajadores, que son los que luchan por un servicio de calidad", ha señalado con indignación.

"Me fastidia porque se sabe que van a llegar a un acuerdo, pero se está alargando"

En la parada situada frente a la entrada de El Corte Inglés, Pablo Garaio, que también esperaba la llegada de su autobús, ha calificado la huelga de "imprevisible". "No tengo ni idea de cuánto durará.  Me fastidia porque se sabe que van a llegar a un acuerdo, pero se está alargando", ha expresado.

Tranvía y taxi como alternativas

"Que les den lo que están pidiendo, porque yo ahora no tendría por qué coger un taxi por no estar aquí dos horas esperando"

"Como en Internet no están actualizados los horarios, no me había dado cuenta"

Instantes más tarde, ha llegado el veterano Juan Medina, que al observar en el panel informativo que quedaban cerca de 40 minutos para su autobús, ha optado finalmente por coger un taxi en Desamparados. "Yo los apoyo. Que les den lo que están pidiendo, porque yo ahora no tendría por qué coger un taxi por no estar aquí dos horas esperando", ha denunciado antes de marcharse.

Por su parte, el joven Iñigo Leta se cobijaba en su paraguas mientras consultaba en su teléfono móvil los horarios de las salidas de autobús. "Como en Internet no están actualizados, no me había dado cuenta. Tenía intención de coger el 10, que justo se me ha escapado el anterior y ahora quedan 40 minutos. Así que cogeré un taxi".

El joven ha comentado que no suele hacer uso de transporte público, puesto que tiende a desplazarse en bici, pero que, en dos ocasiones anteriores, también ha terminado por coger un taxi debido al tiempo de espera. "Al final el viaje sale muchísimo más caro". Aún y todo, ha querido destacar que "si están haciendo la huelga es porque tienen que reivindicar y mejorar las condiciones y los derechos".

"Yo he sido obrero toda mi vida, apoyo a que luchen por lo suyo"

En la misma marquesina, Vicente Quintana esperaba sentado la llegada de su autobús de la línea 7, para el que faltaban 26 minutos, mientras observaba la fila de coches que se manifestaban por la calle Paz. "Yo he sido obrero toda mi vida, apoyo a que luchen por lo suyo", ha expuesto.

Asimismo, el veterano ve que llegar a un acuerdo será "difícil". "A mi personalmente no me afecta tanto, pero para los que van a trabajar y tienen horarios, tiene que ser un fastidio", ha afirmado.

"¿Cómo no se preocupan por la gente del día a día? Los estudiantes, los trabajadores..."

Por otro lado, a unos metros de la parada, Zuleidy Cuesta se debatía entre si esperar el autobús de la línea 7 o tomar el tranvía como alternativa para poder llegar a tiempo a su trabajo. “Esto está siendo horrible", ha mostrado con gran indignación. "Entiendo todas las situaciones, pero nos está afectando muchísimo. ¿Cómo no se preocupan por la gente del día a día? Los estudiantes, los trabajadores. La gente que por necesidad tiene que coger un autobús", ha señalado.

En la misma línea, Cuesta ha explicado como, por ejemplo, ha tenido que cambiar ciertas costumbres por la reducción de los servicios. "Yo iba al gimnasio por las mañanas, algo que ya no puedo hacer porque ya no está el autobús de las 6.50 horas. "Va a llegar un momento que no los vamos a volver a utilizar", ha zanjado segundos antes de poner rumbo a la parada de tranvía Angulema.