El ayuntamiento de Dulantzi ha reformado el parque infantil de Gurutziturri (junto a la Escuela Infantil) para el disfrute de los más pequeños de la localidad de la Lautada.

La actuación que ha consistido en el cambio de suelo y la colocación de nuevos juegos infantiles ha tenido un coste de 36.000 euros, la cual ha estado parcialmente subvencionada el Plan Foral de Obras Menores.

Esta reforma llega seis meses después de la puesta en marcha, también en la localidad, de un parque infantil en la zona de la plaza Zaldisasi de la localidad dirigido a niñas y niños de entre 3 y 14 años. 

El proyecto ha consistido en dotar a nuestro municipio de una zona de juegos infantiles y juveniles naturalizada con el fin de mejorar dotacionalmente y paisajísticamente el lugar seleccionado en pleno centro de Alegría-Dulantzi. Lo que se ha pretendido es “lograr un área de juego más natural, prescindiendo de los elementos estructurales y de juego tradicionales fabricados en caucho, metales y plásticos y usando otros elementos de juego fabricados con materiales más naturales, fundamentalmente madera”, explica el propio edil de la localidad. 

La zona de juegos se ha completado con la plantación de árboles y arbustos con valor ornamental propios de la Llanada alavesa. “Se trata de huir de un espacio gris y generalmente de cemento y  caucho para crear “un espacio vivo en todos los sentidos, que de vida y cabida al instinto natural del niño de explorar y jugar y a la vez que acerque a los niños al aire libre reconectándolos con la naturaleza (otra necesidad natural del ser humano)” como cita el pedagogo italiano Tonucci. 

La superficie utilizada para la ubicación de los juegos tiene una dimensión aproximada de 3.500 m2 y está subdividida en 5 espacios ajardinados que se conectan entre sí mediante viales de hormigón impreso. 

En cada una de las subzonas se ha procedido a la colocación de distintos juegos con piedras y madera, creando un pequeño circuito articulado por los viales existentes. Juegos variados como “El circuito de rocas”, “La serpiente sinuosa”, “El cementerio de troncos”, “La espiral”, “La carrera de obstáculos” o “El castillo de troncos” en donde los más pequeños pueden ejercitar el equilibrio y la psicomotricidad. 

También se ha construido un “Poblado de Tepees ó Tipis” consistente en estructuras de madera que se asemejan a las chozas de los indios y donde también se han instalado mesitas y asientos fabricado con tacos de madera. 

En los espacios abiertos y naturales se posibilita reducir el estrés, respetar los ritmos, superar los roles de género, se garantiza la cooperación y convivencia, se desarrolla la personalidad y autoconfianza, pensamiento y creatividad.