La capilla del Colegio Egibide-Jesús Obrero ha acogido este lunes a las 7.30 horas la primera misa matutina en día de labor, una celebración que a partir de ahora se repetirá a diario y que equipara a Vitoria con “las grandes urbes de mundo”, según el Obispado de la capital alavesa.

El obispo Juan Carlos Elizalde ha presidido la eucaristía, a la que han asistido una treintena de personas, entre profesores, alumnos de Egibide y vecinos de la ciudad. El objetivo de estas misas matutinas es “facilitar la vida espiritual de todas esas personas creyentes que durante el resto del día están copadas por las agendas y todo tipo de compromisos dejando apenas espacio para cuidar su fe”, señalaba la Diócesis vitoriana.

Desde este martes serán varios los sacerdotes que se turnen para celebrar esta misa en el amanecer de la capital alavesa, que se suma al resto de celebraciones diarias que tienen lugar durante toda la jornada en diferentes parroquias de la ciudad, con la diferencia de que esta arranca al alba, antes que ninguna otra.

Doce años sin celebraciones

Además, con esta iniciativa la iglesia de Jesús Obrero recupera su actividad de cara al público así como con los alumnos de Egibide tras su cierre en 2011. El 1 de septiembre de ese año tuvo lugar la última misa pública que celebró este templo ubicado en el mismo complejo de este centro diocesano politécnico, fundado en el año 1945 por el jesuita Demetrio Ruiz de Alburuza.

La Eucaristía es el principal sacramento para los católicos y donde se pone de relieve a la comunidad reunida en torno a Cristo y al Evangelio. El Papa Francisco recuerda su importancia “como la síntesis de toda la existencia de Jesús, memorial perpetuo de su muerte y su resurrección, algo que nos invita a renovar la alegría por el regalo del mismo Señor, que es la Eucaristía”.

El Obispo de Vitoria, en esta misma línea, subraya que “la Eucaristía es Jesús que se entrega en cuerpo y alma a toda la Humanidad, fuente de reconciliación personal y social y fuerza transformadora en nuestras vidas”.