- Una vez decidido que la iglesia de San Francisco de Asís se va a reconvertir en un centro en memoria de las víctimas del 3 de marzo, al Obispado de Vitoria le urge encontrar una ubicación adecuada para instalar la colección de belenes, ahora expuesta en la parroquia de Zaramaga.

La diócesis sopesa que dicho espacio sea el convento de las Brígidas de la calle Vicente Goikoetxea. "Es una opción que barajamos, pero hay otras; por ahora, no está la decisión tomada", indican fuentes del Obispado, que también están en conversaciones con el Ayuntamiento de Gasteiz ante otras posibles alternativas.

"Primero nos ofrecieron la posibilidad de mostrar los nacimientos en un local de un polígono industrial, pero lo descartamos porque no era céntrico y esta colección de belenes recibe visitas todos los días, incluso de ciudadanos de fuera de Vitoria", explica el obispado. "No nos gustaría que la nueva sede estuviese alejada de la mano de Dios, nunca mejor dicho". La diócesis prefiere un lugar céntrico. "El convento de las Brígidas es una opción", confirma el Obispado, que también descartó un edificio anexo a un colegio que le ofreció el Gobierno Vasco.

Construido en 1783 por el arquitecto Justo Antonio de Olaguíbel, el edificio original, situado donde ahora se eleva la Catedral Nueva, fue demolido y la fachada reaprovechada en la construcción del nuevo convento situado junto al obispado. Un inmueble al que últimamente le han salido más novias, puesto que la diócesis también baraja trasladar a este edificio la sede de la escuela de hostelería de Egibide. "Ambos usos son compatibles, ya que entre el convento, la capilla y el huerto hay espacio suficiente", aclara el obispado.La fundación San Francisco de Asís se creó en 2015, tras dejar de celebrarse el culto en dicha parroquia un año antes. Nació con el objetivo de impulsar la pasión y la tradición del belenismo en una ciudad como Vitoria y un territorio, como Álava, donde de cara a Navidad, colegios, iglesias, tiendas y cientos de domicilios colocan la escena del nacimiento de Jesús.

Por lo tanto, el arraigo de esta realidad en Álava quiso plasmarse de manera permanente en el templo de Zaramaga. La colección permanente de dichos belenes -auténticas piezas de arte de elaboración artesanal, subraya el Obispado- que la fundación muestra está abierta todo el año y es visitada por escolares, particulares e, incluso, personas llegadas de fuera de Gasteiz, motivadas por la "importante" colección de belenes.

La muestra cuenta, además, con el belén a escala más grande de la ciudad, con más de cien metros de superficie, elaborado por el maestro en este arte Luis María Sánchez Iñigo, uno de los inspiradores y promotores del belén de La Florida en 1959. De hecho, tales son sus dimensiones que ocupa todo el altar mayor.

Entre la colección también figuran miniaturas de nacimientos con la Montaña Alavesa como escenario, la villa de Laguardia y la plaza de la Virgen Blanca. En total, son 21 los belenes permanentes a escala elaborados artesanalmente, junto al belén popular central que ocupa la totalidad del altar mayor del templo de San Francisco. En Navidad, esta colección aumenta con dioramas.

La ubicación de estos belenes en esta parroquia en 2015 se debió a que la primera celebración navideña en la que se confeccionó un nacimiento para la conmemoración del nacimiento de Jesús fue en la Nochebuena de 1223 y su impulsor fue, precisamente, San Francisco de Asís en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en Italia. "La íntima relación de este santo belenista con esta iglesia que lleva su nombre hizo más apropiada aún su emplazamiento como centro de expositivo de belenes", explica la diócesis.

Precisamente el jueves, las instituciones y el Obispado colocaron la primera piedra del centro memorial del 3 de marzo en un acto celebrado en la iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga. Representantes del Gobierno Vasco, la Diputación de Álava, el Ayuntamiento de Vitoria y la diócesis coincidieron en que el memorial es una deuda pendiente con los cinco trabajadores asesinados en 1976 por la Policía Armada, con sus familiares y allegados, así como con el recuerdo colectivo de uno de los sucesos más trágicos de la historia de Vitoria.