Las manecillas del reloj de la torre de San Miguel no habían marcado las doce del mediodía cuando algunas de las 51 personas que se habían apuntado este sábado a una ruta guiada para conocer a pie el Casco Histórico de Gasteiz ya iban llegando.

En ese momento, el vitoriano Arturo Martínez, de la empresa Guiartu, reconocida con el sello Travellers’ Choice por los tours que organiza tanto a pie como en bicicleta por la capital alavesa y que el pasado julio obtuvo el certificado de ecoturismo, era la persona más buscada en la Virgen Blanca. Inconfundible por su micro de oreja y su chaleco negro.

“Yo ya había estado en Vitoria, pero ellos no. Nos alojamos en Obanos (Pamplona) desde el jueves hasta mañana. Y les he convencido para venir aquí porque es preciosa"

“¿Perdona, eres de Guiartu?”, le preguntaban turistas como Loli Pozo, llegada de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) y que se animó a hacerla junto a ocho amigos. “Yo ya había estado en Vitoria, pero ellos no. Nos alojamos en Obanos (Pamplona) desde el jueves hasta mañana. Y les he convencido para venir aquí porque es preciosa”, explicaba.

Un puente de récord

“Es el mejor puente de octubre desde que tengo montado Guiartu"

“Es el mejor puente de octubre desde que tengo montado Guiartu. El tiempo ha ayudado, pero ya es por inercia que venga gente. Para que te hagas una idea, he tenido que bloquear los tours hace hora y media porque ahora tengo 51 personas y me gusta llevar grupos pequeños”, subrayaba este profesional que en este puente cuya empresa, surgida de una Lanzadera de Empleo, atiende a una media de 150 visitantes al día, con Madrid, como origen principal.

Si bien, le llama la atención todos los que lo hacen desde Castilla-La Mancha.

“Nos alojamos en el Palacio de Elorriaga desde el viernes y nos iremos hoy. Habíamos estado antes en Bilbao y Donostia, pero nos faltaba conocer Vitoria. No esperábamos un Casco Histórico tan chulo"

Un ejemplo era la pareja formada por Marian y Mario, a la que le costó tres horas y media llegar hasta Gasteiz desde Guadalajara. “Nos alojamos en el Palacio de Elorriaga desde el viernes y nos iremos hoy. Habíamos estado antes en Bilbao y Donostia, pero nos faltaba conocer Vitoria. No esperábamos un Casco Histórico tan chulo”, destacaban.

Con perros

Poco después, llegaba Bea García acompaña por su teckel LeBron, llamado así en homenaje a LeBron James”, aclaraba esta joven que vino de Huesca el viernes junto a su pareja.

“Estuve en Vitoria cuando era más pequeña y me he animado a repetir porque está cerca para una escapada de fin de semana"

“Estuve en Vitoria cuando era más pequeña y me he animado a repetir porque está cerca para una escapada de fin de semana. Estamos en un apartahotel y nos interesa conocer el Casco y que nos expliquen algún monumento”, precisaba.

De Madrid

Apenas unos segundos después, hacía acto de presencia Silvia y Luisa, madre e hija, respectivamente, de Madrid.

"Es una ciudad muy limpia y tranquila. Hemos estado también en Laguardia y Bilbao”

Era su primera vez en la capital de Euskadi, pero se hospedaron en ella, desde el jueves hasta el domingo en un hotel, para conocer “su parte más urbana y la Catedral vieja, que todavía no hemos visto. Es una ciudad muy limpia y tranquila. Hemos estado también en Laguardia y Bilbao”, detallaban.

Más visitantes perrunos

Al grupo finalmente también se unieron Kurko (por Kurt Cobain), un cruce de schnauzer y fox terrier, y Pipo, mezcla de yorkshire, junto a sus propietarias Elena y Jennifer, de Oviedo (Asturias).

“Estamos alojadas en Legazpi (Gipuzkoa) desde el jueves y estamos de paso en Vitoria. Queremos conocer la Catedral vieja y el Casco”

“Estamos alojadas en Legazpi (Gipuzkoa) desde el jueves y estamos de paso en Vitoria. Queremos conocer la Catedral vieja y el Casco”, declaraban. 

Palacios, músicos y fantasmas

Ya a las doce, con el estruendo del repique de campanas de fondo, como buen anfitrión, Martínez avisaba al comenzar la ruta: “El recorrido dura entre hora y media o una hora y media y 45 minutos. Si veis que me vengo arriba, paradme. Habéis pillado el día más fresco del puente, pero así nos espera un paseo sin sudor”.

Tras las risas de los participantes, la primera parada ha sido la Plaza España, “conocida como la del borrón por la multitud de nombres que ha recibido”.

Las sonrisas de los visitantes se volvieron a dibujar en sus rostros cuando anunció que desde allí arrancaba “la calle más importante, que no es la que más os gusta, la de la Cuchillería, sino la de Dato”.

Y asomaron los primeros gestos de asombro cuando les enseñó cómo junto al bar Deportivo Alavés hay una placa que recuerda que un avión de la Legión Cóndor se estrelló en 1936 y murieron dos vitorianos.

Y siguieron cuando comentó cómo en el antiguo local de la librería El Globo tuvo su primera imprenta de estampación litográfica Heraclio Fournier.

Sí saben quién es Celedón

De ahí han ido de vuelta a la Virgen Blanca, “desde donde por un cable cada 4 de agosto desciende Celedón”, mostraba foto en mano. “¡Ah, sí!”, recordaban muchos de los asistentes.

Una plaza que da a la vivienda de Unai Kraken, protagonista de El Silencio de la Ciudad Blanca, al que muchos conocían por el libro o la película. “Es verdad”, reconocían al pasar por su portal de camino a la balconada, donde se sorprendieron al ver el parecido del rey emérito con la estatua de Celedón.

Ya en Los Arquillos, los que más canas peinaban han averiguado que esa canción que sonaba en el móvil de Martínez era La Paloma, de Sebastián Iradier, frente al número 5 donde vivió.

Tras recordar al fantasma Andresito de la sede de Hacienda, no pocos se acordaban de otro célebre vitoriano: “Menudo personaje. Ese sí que tiene cuerda”, decían por Iker Jiménez. “Pues hace poco ha estado cerca de aquí grabando a la chica de la curva”, advertía el guía.

Asesino en serie

Ya en el Matxete, más de uno se quedó boquiabierto al enterarse de los ungüetos milagrosos que hacía el Sacamantecas con sus víctimas. Y lo mismo al ver los 1.200 y 2.000 kilos de las piedras para los herri kirolak.

Tras interesarse por el origen judío de los propietarios de La Casa del Cordón, y quedarse de piedra al conocer cómo las saeteras de la muralla a la altura de Escoriaza Esquível miran para la propia almendra, en vez de hacia afuera, fruto de su remodelación de los años 60, han podido conocer el merecido sobrenombre del Cantón de las Pulmonías al bajar a la Catedral Vieja.

Luego, han vuelto a admirarse una vez más en las Burullerías con el mural Al hilo del tiempo, con la torre de Anda, y al ver dónde estaba El Portalón y El Tulipán de Oro, y han reído una vez más: “Esta ruta de Vitoria no es solo para conocer la historia, es para que tengáis sed y hambre y gastéis”, dijo Martínez.