El médico jubilado alavés Roberto Gil ha empezado este viernes la hazaña de pedalear durante 24 horas seguidas por todo Álava pasando por Izarra, Landa y Eguino, dando un total de cuatro vueltas.

La plaza de la Provincia de Vitoria ha sido el escenario elegido para su salida, que ha tenido lugar al mediodía, cuando el sol lucía a 22 grados, y se espera que también sea allí donde llegue mañana a las cinco de la tarde.

Por delante, le quedan unos 600 kilómetros para cumplir este reto, en el que colabora el Colegio de Médicos de Álava (ICOMA), con el fin de recaudar dinero para combatir la mortalidad infantil en India.

En concreto, con la compra de equipamientos pediátricos (cuatro calentadores radiantes para las incubadoras y tres monitores fetales) para el Hospital de Kalyandur en India que gestiona la Fundación Vicente Ferrer.

Esta es la tercera iniciativa solidaria que lleva a cabo con esta fundación. La primera fue en 2018, cuando cruzó el Estrecho de Gibraltar a nado para la construcción de una planta potabilizadora de agua.

La segunda tuvo lugar en 2020, en el puerto alavés de Opakua, en la prueba denominada Everesting, cuando ascendió en bicicleta el desnivel equivalente a la altura del Everest (8.848 metros). En esa ocasión, para conseguir bicicletas para reducir el abandono escolar.

Aventura pospuesta

"Una semana antes de hacer el reto en julio, me caí de la bici bajando el Zaldiaran y me rompí la pelvis y las costillas"

Si bien, esta vez tuvo que posponer la aventura, que se había propuesto hacer junto a otros dos colegas, debido a un accidente, por lo que es “repetidor”, como dice.

 “En un principio, lo íbamos a hacer en julio, cuando la noche es más corta, pero una semana antes, me caí de la bici bajando el Zaldiaran y me rompí la pelvis y las costillas. Como no lo pude hacer, les acompañé ese día en el coche, con dos muletas”.

Así lo explica Gil durante la charla que mantiene con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, poco antes de salir, tras tomarse un café en el Hungaria, frente a la Diputación, para empezar el reto con energía. Decide hacer la entrevista de pie porque, como comenta entre risas, ya tendrá tiempo de estar sentado, “aunque en un sillín no muy cómodo”.

En buena compañía

“Al final vienes cargado de miedo y de otras cosillas que siempre están ahí, pero al final todo sale bien”

Lo bueno es que esta vez tampoco estará solo, puesto que durante la última semana ha convencido a Juanma Etxebarria, con el que hizo el Everesting, para que le acompañe en este reto.

Además, otros ciclistas les acompañarán en distintos puntos del recorrido para darles fuerzas y ánimo. “Al final vienes cargado de miedo y de otras cosillas que siempre están ahí, pero al final todo sale bien”, destaca Etxebarria.

“Empecé a hacer triatlones hace ya 11 años"

Junto a ellos, familiares y amigos establecerán puntos de avituallamiento y habrá vehículos de apoyo durante la noche.

“Empecé a hacer triatlones hace ya 11 años o así, que es cuando realmente empecé a andar en bici. Poco después, crucé a nado el Estrecho, tras conocer a Brazadas Solidarias, que es una asociación que trabaja con la Fundación Vicente Ferrer y como me gustaba hacer distancias largas con la bici, se me ocurrió hacer este reto”, recuerda Gil.

Ruta circular

"Al final hacemos mil metros de desnivel en cada vuelta. Vamos a dar cuatro y cada una de ellas son 150 kilómetros, aproximadamente”

El circuito, en cuestión, sale de Vitoria pasando por Nanclares, Subijana, Morillas, Izarra.... “Y de Landa vamos hasta Eguino, desde donde volvemos por Guereñu hasta Vitoria. Es una ruta circular, que aunque no tiene ningún puerto, entre subidas y bajadas, al final hacemos mil metros de desnivel en cada vuelta. Vamos a dar cuatro y cada una de ellas son 150 kilómetros, aproximadamente”, precisa.

40.000 euros

Lo más laborioso afirma que ha sido organizar la parte solidaria del reto, más que la deportiva, al tener experiencia sobre la bici, “para conseguir que la gente conozca en qué consiste este reto. Lo que nos interesa es conseguir 40.000 euros para el material de la UCI pediátrica de una zona rural. Allí, la mortalidad infantil es enorme y las mujeres paren muy mal”.

Hasta ahora, han conseguido recaudar el 30% de esa cantidad fijada, “gracias a la gente que ha unido sus acciones a la nuestra, como el que ha hecho el Trail en el Montblanc, otro el Camino de Santiago Solidario, el Mercadillo de Zaramaga que consiguió 2.000 euros de recaudación y ahora se va a unir otro mercadillo en San Martín y un bar de Basauri que va a vender lotería y quiere reunir 10.000 euros, en octubre va a haber una quedada familiar en bicicleta y una comida solidaria en noviembre con la Escuela de Hostelería de Egibide”.

El tiempo también va a acompañar y parece que hasta con demasiado sol, “pero se puede combatir con ropa técnica. Lo peor será la diferencia entre la temperatura del día y de la noche. Realmente, nuestros grandes enemigos son el viento y la lluvia, que no va a haber”.

¿Cómo se puede ayudar?

Los ciudadanos que quieran ayudar en esta causa pueden hacerlo en este enlace: https://bit.ly/reto24horaspedaleando. También desde la web del Colegio de Médicos de Álava (www.icoma.eus).

Aparte, también hay huchas en distintos puntos de Vitoria, como en los establecimientos de Kirolak (Florida, 2) o Ergoactiv (Manuel Iradier, 70).

Y también se puede llamar a un teléfono gratuito 900.111.300 de la Fundación Vicente Ferrer. “Estas cosas parecen lejanas, pero hay que implicarse un poco”, piden Gil y Etxebarria.

El médico jubilado alavés Roberto Gil tiene claro que el reto solidario de este fin de semana no será el último que intente cumplir. “Una amiga de 77 años ha cruzado el Estrecho a nado este verano. Es la de más edad que lo ha hecho y para el año que viene quiere ir nadando de Lanzarote a Fuerteventura. Son 15 kilómetros. Es una opción de reto”, avanza. Otro puede ser el de ir hasta India en bici, para conocer la fundación y todo el trabajo que hace.