La discoteca Malibú de Vitoria, ubicada en la calle Dato, frente a la estación de tren, fue pionera en la ciudad a la hora de evitar que las armas blancas se colaran en los locales de ocio nocturno. “Cuando salió todo este revuelo y el Gobierno Vasco barajaba esta posibilidad, nosotros ya llevábamos año y medio tomando medidas. Desde julio del año anterior, antes de las fiestas de La Blanca, nuestros porteros empezaron a usar detectores de metales manuales”, recuerda el gerente de Malibú, Juanma Morales.

Y lo hicieron no porque vieran que había una necesidad, sino para prevenir. “Simplemente, es tener los medio suficientes. Me gusta tener a gente profesional y que cumpla con su trabajo”, matiza Morales. De hecho, hasta la fecha, nunca han requisado “nada notorio”. A lo sumo, “alguna vez hemos encontrado un abridor que llevaba un camarero, al que se le había olvidado quitárselo cuando entró en el local”.

Morales no quiere echarse flores, como dice, pero cree que tras hacerse con la gerencia de este local, las incidencias en esta zona de la capital han “disminuido considerablemente”, sobre todo en horas clave, como son las de cierre, “porque cuando se desaloja la zona, hemos mejorado y eso que fuera la gente es incontrolable, pese a todas las recomendaciones que hay para no perturbar el descanso vecinal”.

Para mejorar la situación, propone que “debería de haber una patrulla en todas las discotecas”. El fin de semana de la salida de Tour desde Vitoria, sin ir más lejos, llamó a los agentes para que respondieran a su llamada de un cliente fuera de control, “pero fue imposible que llegaran antes debido a que muchos estaban dedicados al despliegue del Tour. Ojalá haya más eventos así en la ciudad, pero qué pasaría si hubiera estado armado”, cuestiona.

Este periódico también se ha intentando poner en contacto con otros locales de ocio nocturno de Gasteiz para que contaran cuáles son sus medidas de seguridad al respecto y que proponían al respecto. “En nuestro caso, los protocolos son los mismos que teníamos antes de febrero”, resume otra discoteca. Pero la mayoría de las consultadas no ha querido entrar en detalles, pues consideran que estas informaciones “criminalizan a la cultura de noche”.