La basílica románica de Armentia cuenta desde esta semana con una novedad. Los monjes benedictinos de Estíbaliz, antes de su marcha, quisieron tener un gesto desde la casa de la patrona de Álava hacia la casa del patrón, San Prudencio. Por ello, conociendo que la basílica de Armentia carecía de órgano para sus celebraciones y en comunicación con responsables diocesanos, decidieron donar uno de los órganos que estos frailes tenían dentro de la clausura a este templo de cara a la próxima celebración de San Prudencio.
Esta donación tiene como objetivo su permanencia de manera indefinida en el presbiterio de la basílica. Este instrumento se conoce como ‘órgano positivo’. Posee dos teclados manuales y un pedalier –o teclado de pies–. Su carácter tímbrico se asimila al órgano barroco de cámara. Posee ocho registros, lo que dota de un sonido envolvente para un templo como el de Armentia.
El viernes 28 de abril, día de San Prudencio, durante la Misa Pontifical sonará este órgano a manos de José Santos de la Iglesia, organista de la Catedral Nueva de Vitoria, con las voces del Coro Diocesano San Prudencio bajo la batuta de Una Ibáñez.
Elaborada en los 70
Esta pieza de origen francés fue elaborada en la década de los 70 del siglo pasado en Dax para la Catedral de San Andrés de Burdeos. Tras pasar varios años en esta ciudad del sur de Francia, en el año 2000 fue cedida al Santuario alavés de Estíbaliz por Jean Canot, canónigo de la Catedral y organista francés que pasó muchos veranos con la comunidad benedictina a modo de retiro. Como muestra de agradecimiento por su acogida, este sacerdote se lo regaló a Estíbaliz a condición de que fuese usado y cuidado.
Tras la marcha de los últimos tres monjes y ante la falta de relevo, la última comunidad benedictina de Estíbaliz lo quiso ceder a la basílica de San Prudencio de Armentia como un regalo al patrón de Álava y como gesto de unión.