Esta radiografía de la juventud alavesa y vasca deja otras muchas reflexiones sobre la mesa. Si bien es cierto que, en términos generales, el colectivo de 15 a 29 años manifiesta estar bien en el contexto en el que se mueve, dicha satisfacción es menor que antes de la pandemia. “En diciembre de 2021, en plena sexta ola del covid, la juventud de 15 a 29 años valoraba con un siete sobre diez su situación personal, mientras que en 2019, la puntuación media era de 7,8. Pese a este descenso, la mayoría de la juventud se mostraba optimista respecto al futuro y el 67,2% creía que su situación iba a mejorar en el plazo de cinco años”, indica el Observatorio de la Juventud.

Sin embargo, el índice de confianza en el futuro es ahora menor, sus expectativas caen y la juventud piensa que la realidad será todavía peor dentro de cinco años. Pese a todos sus nubarrones, dos de cada tres jóvenes opinan que su situación es mejor que la de sus padres y madres a su edad, aunque el porcentaje de quienes defienden esta idea va bajando desde el inicio de la última crisis económica. Curioso resulta que a esa edad, la población valora aún peor la situación actual y futura de la juventud como colectivo que la personal.

Además, la mayoría piensa que las instituciones no tienen en cuenta sus opiniones, una idea que viene repitiéndose en todas las mediciones, si bien ha aumentado respecto a 2012.

Asimismo, a medida que los jóvenes cumplen años, crece su escepticismo respecto a que las instituciones tengan en cuenta sus opiniones; un parecer que la clase política tendría que tomarse en serio si no quiere que la abstención vaya a más en las urnas elección tras elección. En este apartado, las mujeres son más escépticas que los hombres.

Satisfacciones y problemas

La juventud se muestra especialmente satisfecha con su familia, salud y amistades. También con los estudios o el nivel de formación y viviendo con sus padres o por su cuenta, según el caso. Igualmente disfruta de su tiempo libre y está a gusto con su imagen física. En cambio, no está tan satisfecha ni con el trabajo ni con las expectativas laborales ni con el dinero que tiene. El índice de satisfacción personal sigue siendo alto, de siete sobre diez, aunque es la puntuación más baja de las medidas por el Observatorio de la Juventud desde 2013.

Por otro lado, los problemas que más preocupaban a la juventud hace dos años eran trabajo, igualdad de género y machismo y el futuro. En segundo término mencionaban los sondeados salud, medio ambiente y cambio climático. Y en un tercer nivel, economía, política y sociedad, en general. Entienden los autores del informe que las muchas veces que se nombran palabras como futuro, salud, economía o sociedad, en general, “seguramente se deriva de una situación de pandemia e incertidumbre”, que ya va quedando atrás.

Distingue a hombres y mujeres el hecho de que, para ellas, la igualdad de género y el machismo constituyen el mayor problema en un amplio porcentaje. También la edad marca las diferencias ya que, a medida que se cumplen años, trabajo, vivienda economía y política se convierten en problemas importantes y van dejando de serlo otros como futuro, igualdad de género y amistades.