La empresa vitoriana Cafés a Brasileña continúa acaparando galardones a nivel internacional. En este caso, acaba de recibir dos medallas de oro en las catas a ciegas de café que organiza el Instituto Internacional de Catadores de Café en Brescia donde acuden las empresas de este ámbito referentes a nivel mundial.

El jurado internacional ha valorado su perfil organoléptico o sensorial, destacando sus aspectos positivos como el “retrogusto, su perfecta crema color avellana y su nivel moderado de cafeína”. Concretamente, su director comercial, Chema Medrano, expone que la variedad Costa Rica SHB ha sido distinguida por su café monovarietal, elaborado con grano de excelente calidad que tiene un sabor “dulce con notas cítricas y afrutadas”. La clave de su café es el “tueste medio” que se le da al grano en las instalaciones principales de la firma alavesa de la calle Oñate que permite sacar “todas las propiedades del café”.

Por su parte, Tambo, que se cultiva a más de 2.000 metros de altura en el departamento colombiano de Nariño, sobresale por ser una bebida “muy equilibrada, con notas a nueces y un pelín cítrica y ácida”. Dos nuevos reconocimientos que consolidan al café gasteiztarra como referente a nivel internacional y que amplían su medallero hasta siete medallas de oro desde 2008 y hasta la actualidad, además de otros galardones que premian el sabor superior de sus distintas variedades.

Evolución del mercado

El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afecta, en mayor o menor medida, a todos los sectores económicos y sociales y el café no es una excepción al resto. Medrano explica que “el precio del café en origen se ha incrementado el doble respecto a como se compraba hace un par de años”.

Los costes directos han aumentado de forma importante en la materia prima y transporte, así como los indirectos de mano del alza de la energía, lo que ha hecho que “su situación en bolsa sea la más alta de los últimos años”. Un sobrecoste que reduce el margen de beneficio de la empresa, ya que “no puede aplicarse ese porcentaje alcista al consumidor final”. “La hostelería ha tenido que retocar los precios, pero creo que el café sigue siendo una bebida accesible para la ciudadanía”, añade.

El café es una bebida intrínsecamente relacionada con la hostelería, al ser un producto estratégico para ella, y al aumento de precios hay que sumar la negativa afectación que ha supuesto la pandemia para el sector. “Los consumos se redujeron muchísimo e hizo aumentar las ventas en supermercados y tiendas. Poco a poco se están recuperando, pero todavía estamos lejos del nivel de 2019”.

Medrano cree que “la gestión prudente” realizada por la empresa familiar ha sido clave a la hora de aguantar la crisis. “Invertimos en el negocio, reformamos las tiendas y mantenemos el nivel de los cafés. Eso ha hecho que, a pesar de las subidas, los clientes y la gente ha seguido confiando en nosotros”

Referente

La historia de Cafés la Brasileña se inició hace 94 años, en 1928, cuando el vitoriano Carlos Ibarrondo, capitán de la marina mercante, dejó de surcar los mares para dirigir una de las empresas tostadoras de café con más arraigo y presencia en el País Vasco. Actualmente, la compañía da trabajo a 50 empleados en Vitoria que abastecen de sus productos a la propia comunidad vasca, Navarra, La Rioja y la provincia de Burgos. “El grueso más importante de facturación de la empresa proviene del sector Horeca” (hoteles, restaurantes y cafeterías). “Atendemos a 2.500 clientes de hostelería al día y se sirven 250.000 tazas de café diarias de la Brasileña”.

Medrano manifiesta que el éxito de la compañía está “en las ciudades de tamaño medio” donde cuentan con “la fidelidad” de los establecimientos. No duda en asegurar que Vitoria “es un referente a nivel internacional” dentro del mundo del café. “Así nos lo dicen los expertos y el café es uno de los productos que siempre se llevan de vuelta a su lugar de origen, tras visitarnos”, asegura. Respecto a los gustos gasteiztarras, “la mayoría elige cafés 100% arábicos con origen único y blend, que es mezcla de café”.

“Eso es lo que más se vende” en Vitoria, recalca. La Brasileña ha ido aumentando su presencia en las calles de la capital alavesa. Desde su primer comercio en la calle San Prudencio, frente al Teatro Principal, hasta las siete tiendas propias con las que cuenta actualmente en el Ensanche vitoriano, dentro de un género que “ha pasado de producto agroalimentario a especialidad”.