Coudet repitió el mismo once de la última jornada ante el Valencia y, siendo completamente lógica la determinación del técnico argentino de apostar por los mismos hombres que brindaron al Alavés los tres puntos frente al Elche, flotó en el aire una sensación de sorpresa e incredulidad por la segunda suplencia consecutiva de Carlos Vicente.
El extremo maño está viviendo una situación atípica en los últimos tiempos en Vitoria. No en vano, ha dejado de ser un futbolista intocable pese a su jerarquía, ser el máximo goleador del equipo en la actualidad y un constante generador de peligro gracias a su capacidad de desequilibrio en el uno contra uno.
Nadie le tosió durante el periplo de Luis García ni tampoco mientras Coudet daba sus primeros pasos en el Glorioso, pero con el transcurrir del tiempo ha perdido ese aura de jugador indiscutible en el once inicial. El fútbol de posesión por el que aboga el preparador argentino quizá no se adapta tanto a sus condiciones que ha mostrado desde su aterrizaje procedente del Racing de Ferrol.
Esa verticalidad, a juicio de Coudet, también puede venirle bien al equipo saliendo tras el descanso cuando las defensas rivales son víctimas del cansancio y se necesita una vuelta de tuerca para redoblar la apuesta ofensiva.
Calebe, un desconocido para cualquier aficionado alavesista, recibió otra vez la alternativa por parte de Coudet para medirse al Valencia. Algo más asociativo que Vicente y con unas virtudes distintas a las del maño que favorecen la entrada de hombres desde segunda línea, el extremo cedido por el Fortaleza dejó buenas sensaciones. Eso sí, fue de más a menos.
Cambio esperado en el minuto 60
Sin ir más lejos, Calebe habilitó a Boyé en la primera mitad en la mejor ocasión del Alavés para perforar la portería valenciana, pero el argentino se estrelló ante los enormes tentáculos de Julen Agirrezabala, de largo la figura de Carlos Corberán en Mendizorroza.
Persistía la duda de lo que tardaría Coudet en apostar por Carlos Vicente y, después de que el brasileño bajara sus prestaciones tras el descanso, el cambio esperado llegó en el minuto 60.
Calebe, que había sido relevado al descanso en los dos partidos donde había gozado con anterioridad de la titularidad debido a distintos problemas físicos, resistió esta vez algo más sobre el césped. En definitiva, un decorado inesperado en la banda derecha