Los txikis se adueñan de Vitoria
Edurne y Celedón txiki invitan a niños y niñas a disfrutar de su gran día de La Blanca
Gasteiz alza de nuevo la vista hacia el reloj de San Miguel el 7 de agosto a las doce del mediodía para vitorear el descenso de Celedón txiki y Edurne y la Virgen Blanca vuelve a vibrar.Niños y niñas gritan, cantan y botan sin perder de vista la bajada de los muñecos por el cable. Todo ese entusiasmo infantil llega a su cenit cuando Unax Ferrera, Celedón txiki, y Elaia Berganzo, Edurne, toman la palabra e invitan a niños y niñas a divertirse y disfrutar de la jornada que La Blanca dedica a los más pequeños.
Faltan veinte minutos para las doce y la mitad de la plaza ya está abarrotada; todos juntitos a la sombra para recibir a la txaranga que llega por Mateo de Moraza, seguida de familias, y a los gigantes que asoman por la plaza. Gorka Ortiz de Urbina, Celedón, prepara botellines de agua y la banda municipal de música entona Zorionak zuri. De repente, silencio sepulcral en una rejuvenecida plaza hasta que el cohete marca el inicio del descenso de Edurne, con paraguas rojo, que precede a Celedón txiki, con paraguas azul.Celedón ha hecho una casa nueva..., baila la Virgen Blanca al unísono. Brazos arriba y vítores hasta cinco minutos después que los muñecos llegan al balcón; fin del trayecto.
"Vítores y aplausos
Entre aplausos saludan a niños y niñas Unax y Elaia agitando el paraguas antes de cruzar la plaza escoltados por agentes y blusas que les abren paso. Entusiasmados llegan a las escalinatas de San Miguel y se giran para dedicar varios goras al público infantil, que estalla en aplausos. “Hoy es un día especial; es el día de los txikis y os invitamos a disfrutarlo con nosotros”, gritan Celedón txiki y Edurne ya con el pañuelo rojo al cuello.
“Perfecto lo han hecho”, valora la ama de Unax a su entrada a la balconada mientras ambos niños se fotografían con Celedón y al alcalde, Gorka Urtaran, y la concejala de Fiestas, Estibaliz Canto, les entregan dos figuras de Gargantúa en miniatura.
A sus 11 años, ambos llevan un largo recorrido de fiestas de La Blanca; Unax sale de blusa en la cuadrilla Karraxi desde los dos años y Elaia, desde los seis meses viste de neska en Hegotarrak. “En Reyes, al recibir los regalos, abrí un sobre que ponía que iba a ser Celedón txiki, lloré mogollón”, cuenta Unax. A Elaia también le pilló por sorpresa cuando le comunicaron la noticia por vídeo en clase. “Me puse muy contenta”, recuerda.
"Juega muy bien al fútbol"
Azaitz y su hermano Zunbeltz asisten encantados al acto con sus padres Raúl y Zuriñe. Conocen a Celedón txiki porque son de la cuadrilla de blusas y neskas Karraxi. “Ha jugado conmigo al fútbol, es muy bueno y hemos estado en el paseíllo; además, hoy vamos a estar todo el día con la cuadrilla”, cuenta Azaitz a sus recién cumplidos 12 años. En familia han acompañado a Celedón txiki y Edurne en la ofrenda floral previa a la Virgen Blanca. A los pies de la hornacina, Unax y Elaia han bailado un aurresku a la patrona una vez depositado el ramo de flores; después, han entrado al interior de la iglesia de san Miguel como muchas otras familias gasteiztarras.
En el mogollón de la plaza, Roberto ve la bajada de Celedón txiki y Edurne con su hijo Alejando y los mellizos Danel y Adrián, hijos de Ainara y amigos de Alejandro. “Lo que más nos gusta es cuando Celedón txiki y Edurne cruzan la plaza hasta la balconada”, coinciden. El año que viene tienen intención de apuntarse a la cuadrilla de blusas y neskas Zoroak en la que tienen un amigo.
Niños y niñas son el 7 de agosto los reyes y reinas de las fiestas y como tal están dispuestos a celebrar la jornada. Barracas,gigantes y cabezudos, paseíllo, fuegos artificiales, rincón del humor y un sinfín de actividades les esperan cuando Celedón txiki y Edurne se retiran de la balconada.
Los mellizos Peio y Unax
Maider va a comer por el centro con sus mellizos Peio y Unax –como Celedón txiki– de 6 años. “Sí, viven en Barcelona y no están acostumbrados a que tantos niños se llamen Unax”, apunta Maider. No son sus primeras fiestas, estuvieron antes de la pandemia, aunque eran pequeños y se acuerdan poco, pero están dispuestos a volver todos años por La Blanca porque en la ciudad condal no tienen nada parecido a Edurne y Celedón txiki.
Nerea llega con sus tres hijos a la Virgen Blanca. Andoni, el mayor, de 10 años, no quiere ser blusa, pero lleva la indumentaria; su hermano Oier, en cambio, sí, aunque todavía no ha decidido a qué cuadrilla apuntarse. Les gusta el descenso de Celedón txiki y Edurne; más tarde irán al rincón del humor y a la mini-disco en la que Noa va a bailar con estilazo, el mismo que ya muestra para posar en la foto familiar. Al igual que su mellizo Oier y Andoni ya ha estrenado los autos de choque y la casa de Mario, una atracción en la que el suelo se mueve; no pasó miedo; sin embargo, le asustan los cabezudos. Zeledon! Etxe berria egin duk!/Zeledon! Balkoian leiho on!...“Gora Edurne eta Celedón txiki!, exclaman Unax y Elaia.
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