El color blanco de la camisa, el pantalón y el rojo deslumbrante del fajín en la cintura y el pañuelico rojo anudado al cuello han brillado en el corazón de la calle Pintorería. Cerca de un centenar de navarros residentes en Gasteiz y representantes del Hogar Navarro, han podido por fin honrar y festejar a San Fermín después de tener que haber dejado durante dos ediciones el traje festivo colgado en el armario. El miércoles vivieron de nuevo la emoción y el ritual de colocarse toda la ropa, para el lanzamiento del Chupinazo.

Han recuperado otra tradición como la celebración de una misa navarra en la capilla del Santa Cruz del convento de las monjas Dominicas del Casco Medieval y asistir después a un recital de Jotas, a cargo de la escuela con la que cuenta el Hogar Navarro. No hubo mejor manera de cerrar esta entrañable jornada que reunidos en torno a una mesa en los locales del hogar, en la calle Barrancal, y rodeados de un buen puñado de autoridades municipales y forales, que no quisieron dejar pasar esta celebración.

La presidenta del Hogar Navarro en la capital alavesa, Marian Busto, impecablemente ataviada ejerció de perfecta anfitriona para departir con el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi, el diputado foral de Políticas Sociales, Emilio Sola, los ediles Miren Fernández de Landa (PNV), Alfredo Iturricha (PP) y la portavoz popular en el legislativo foral, Ana Morales antes de entrar en la capilla.

No dudaba en admitir la “emoción” que está sintiendo durante estos días con la recuperación de unos festejos añorados. Además de seguir la fiesta desde la distancia y el contacto con familiares inmersos en la jarana que se vive estos días en tierras pamplonesas, el Hogar Navarro de Gasteiz tiene también su programa propio de celebraciones. Además del lanzamiento del Chupinazo, han disfrutado también de los sabores de un concurso gastronómico y ayer fue la ocasión de deleitar el sentido del oído. El coro del hogar fue el encargado de poner el toque y acento navarro en el interior de la capilla, bajo la atenta escucha de las cinco hermanas Dominicas que forman la comunidad de la calle Pintorería. Incluso la Madre Superiora cogió el micrófono al final de la eucaristía y deseó unas buenas jornadas a los navarros que llenaron la iglesia.

A la salida, se acercaron al centro cívico Aldabe, donde se unieron los concejales socialistas Borja Rodríguez e Igor Salazar, el juntero Alain Coloma y el diputado de Infraestructuras Viarias, Carlos Ibarlucea. En el salón de actos, la escuela de Jotas Navarras del centro interpretó su repertorio haciendo que a más de un navarro se le pusieran los pelos de punta en unos rostros con los ojos vidriosos.

El último episodio festivo de estos navarros en el exilio llegará el jueves día 14. De madrugada pondrán rumbo a Iruñea para llegar a la plaza de toros y participar en el recital previo al encierro. Después pasarán el día apurando la fiesta.