La realidad virtual en la medicina permite que médicos y estudiantes del sector sanitario desarrollen habilidades y destrezas técnicas como si estuviesen en una situación real, pero sin ningún tipo de riesgo si hay alguna dificultad. Este nuevo sistema está abriendo muchas posibilidades a los profesionales del sector en áreas como la formación de estudiantes, permitiendo unir la robótica con la realidad virtual, consiguiendo un escenario muy similar al real. Para ello, por ejemplo, se hacen simulaciones de habilidades con maniquíes que cuentan con órganos o partes completas del cuerpo humano. Una buena forma de permitir a los estudiantes desarrollar habilidades manuales, reconocer la estructura de los órganos y aprender a emplear equipos médicos.

La realidad virtual también forma parte del campo de la cirugía. Con ayuda de programadores y modeladores 3D se puede reproducir con exactitud la anatomía del paciente, para previamente practicar operaciones con mayor exactitud. Gracias a esta tecnología, disminuirá el hecho de recurrir al uso de cadáveres y animales y poder evitar la práctica con pacientes reales de operaciones. Mediante la creación de un modelado digital del paciente acompañado de su historial se obtendrán imágenes anatómicas exactas.

La realidad virtual es muy útil en el tratamiento de fobias, es decir, trastornos psicológicos o miedos irracionales que manifiestan algunas personas ante determinados elementos o situaciones. Sirve para recrear determinadas situaciones de miedo o estrés de manera gradual y controlada para conseguir facilitar su diagnóstico y su tratamiento. Además, combatir enfermedades como el Alzhéimer para poder recuperar capacidades cognitivas con la reproducción de imágenes del pasado en los pacientes, es otro beneficio de la realidad virtual en la medicina.

También es posible tratar la obesidad con un nuevo método denominado Saciedad Aumentada. El paciente puede ver una porción de comida aumentada con ayuda de la realidad virtual que irá convirtiéndose cada vez más grande, pero en la realidad seguirá teniendo el trozo original en la mano. Con la finalidad de engañar al cerebro, haciéndole creer que está comiendo algo más grande de lo que realmente es.

Impresión en 3D

Por otro lado, la impresión 3D y la bioimpresión se ha convertido en uno de los segmentos líderes de la industria de la impresión 3D. Posibilita que las células y los biomateriales se puedan combinar y depositar capa por capa para crear desarrollos biomédicos con las mismas propiedades que los tejidos vivos. Mediante la bioimpresión se pueden crear estas estructuras similares a tejidos, que tienen aplicaciones en los campos de la ingeniería médica. El objetivo principal de esta técnica es bioimprimir exitosamente un órgano humano totalmente funcional.

Desde hace años se está trabajando en la impresión 3D de órganos y prótesis para mejorar la calidad de vida de la población y ayudar a los sanitarios. Por ejemplo, con una resonancia magnética se puede imprimir el órgano o la parte del cuerpo que se vaya a operar o tratar para previamente para facilitar la labor del cirujano. La finalidad principal en las operaciones es poder planificarlas mejor, aportando al cirujano ventajas antes de operar y al paciente una mayor tranquilidad.

Actualmente, la realidad virtual y la bioimpresión son el futuro de la medicina, acompañados de la Inteligencia Artificial. En una década aproximadamente, el crecimiento principal se centrará en el desarrollo de tejidos y órganos, en concreto trasplantes y órganos humanos impresos en 3D. La bioimpresión 3D puede ser uno de los mayores avances médicos que se lleve a cabo próximamente. Una verdadera revolución para el futuro de la medicina.