El lehendakari, Imanol Pradales, calcula que los aranceles de Donald Trump tendrán un sobrecoste de 400 millones de euros para las 1.040 empresas vascas que exportan productos a Estados Unidos. Se trata de una primera estimación, "muy gruesa", que exigirá un análisis más profundo pero que da una magnitud del impacto que tendrán las medidas anunciadas por el mandatario estadounidense. Las exportaciones vascas hacia Estados Unidos, el cuarto socio comercial de Euskadi, se verán afectadas por un impuesto del 20% a partir del 9 de abril y desde ya la automoción y la siderurgia sufren gravámenes del 25%.

"Europa debe activar un escudo de defensa comercial y proteger a la empresa y al empleo europeo", pidió este jueves el lehendakari, que anunció la convocatoria de urgencia de una nueva reunión del Grupo de Defensa Industrial para abordar las medidas a tomar desde Euskadi para proteger a los sectores más afectados. El primer encuentro se produjo tras el anuncio de Trump de la imposición de aranceles del 25% al acero, la segunda tuvo lugar un día después de la confirmación de gravámenes del 25% a la automoción y sirvió para que el consejero de Industria, Mikel Jauregi, anunciara la primera medida del grupo: ayudas de 3.500 euros para la renovación del parque automovilístico. Y la tercera llega en un contexto de inquietud total por el nuevo rumbo que han tomado las relaciones comerciales mundiales.

"Serán citadas aquellas empresas vascas que tienen mayores exportaciones e importaciones a la economía de Estados Unidos, es decir, aquellas empresas vascas que están más expuestas al mercado de Estados Unidos", subrayó. Las ventas al país norteamericano ascendieron el año pasado a 2.000 millones y las principales partidas fueron los derivados del petróleo, la máquina-herramienta, piezas para la automoción y productos agroalimentarios, fundamentalmente vino de Rioja Alavesa.

"Seguimos abogando desde Euskadi por un modelo distinto, por el libre comercio internacional, por la cooperación, por no construir muros ni poner barreras sino por todo lo contrario", explicó Pradales. Sin embargo, abogó por una respuesta "firme, inteligente y proporcionada". "Lo que está en juego es el empleo de nuestra gente y son las empresas de este país", señaló.

Caída de las exportaciones Estados Unidos es un mercado clave para Euskadi, que representa el 6,4% de sus ventas al exterior, aunque es cierto que la relación comercial se desinfló en el último año. En 2024, las exportaciones al país norteamericano sumaron 1.992 millones de euros, un descenso notable en relación a las de 2023, cuando alcanzaron los 2.738 millones (8,4% del total). Se notó, por ejemplo, que la planta de Mercedes en Gasteiz no envió ni un solo coche a Estados Unidos en 2024, cuando un año antes vendió 51.700 vehículos.

Esto da pie a pensar que los aranceles de Trump no van a afectar especialmente a la planta gasteiztarra, de forma directa al menos. Caso contrario que el de las grandes multinacionales de componentes como Gestamp, CIE Automotive o Teknia, que sí se verán penalizadas por los aranceles a través de sus fábricas en otros países, como México, donde producen las piezas que luego acaban en los concesionarios de Estados Unidos. Lo cierto es que la automoción vasca atraviesa un momento complicado, las alarmas están encendidas desde hace tiempo por la caída de pedidos y los aranceles no hacen más que añadir inquietud en un sector que da trabajo a 40.000 personas en Euskadi. “Está en juego el empleo de nuestra gente”, dijo ayer Pradales. El despido de 355 personas en la fábrica de neumáticos de Bridgestone en Basauri esta misma semana es la mayor prueba de ello.

Lo que temen las empresas vascas que venden productos al exterior no es solo una caída en las exportaciones hacia Estados Unidos, sino que el muro arancelario construido por Trump alrededor de su país invada el mercado europeo con productos asiáticos. Un temor que ya expresó en su día Asier San Millán, director general del clúster de la siderurgia Siderex, cuando se anunciaron los gravámenes al acero. Entonces pidió a la Unión Europea ponerse las pilas para proteger el mercado común.

En este sentido, Pradales subrayó que Europa "es un gran mercado" de más de 420 millones de habitantes, con "economías e industrias potentes" y por ello tiene que "aplicar ese escudo de defensa y de protección" a sus empresas y sus empleos. Según manifestó, Europa tiene que hacer también su análisis sobre hasta qué punto esta guerra arancelaria que impone Trump permite "integrar más los mercados europeos y aumentar las exportaciones dentro del propio mercado común, que sería una oportunidad para la economía vasca".

A su juicio, hay que "hacer un análisis fino", una labor que ya realiza el Grupo de Defensa Industrial de Euskadi, "junto con todos los clústers y todos los sectores de actividad, con la representación de los empresarios y con la representación sindical”. “Este es el momento en el que hace falta altura de miras por parte de todos los agentes sociales para, de la mano, ver cómo respondemos desde Euskadi a las amenazas que surgen de esta guerra comercial que ayer anunció Trump", manifestó.

Pero además, el lehendakari subrayó que el nuevo contexto obligará a buscar también nuevas alianzas con otros mercados internacionales, entre los que citó Mercosur, Asia y África.